Borrador:Sermón de Talutiyya
El Sermón de Ṭālūtiyyah (Jutbah-ye Ṭālūtiyyah) es uno de los sermones del Imām ‘Alī (la paz sea con él) pronunciado tras el fallecimiento del Profeta (Dios lo bendiga a él y a su familia), en el cual él reprocha al pueblo por su debilidad en apoyarle en el incidente de la usurpación del califato y advierte sobre las consecuencias de esta negligencia. En este sermón, el Imām alude a que, si hubiera tenido compañeros en número suficiente como los seguidores de Ṭālūt (Saúl), habría rescatado a la gente del camino desviado en el que han caído. ________________________________________ El Imām ‘Alī (la paz sea con él), en este sermón, además de exponer algunos de los atributos de Dios y declarar la superioridad de la religión del Islam sobre otras religiones, se presenta a sí mismo como el legatario (waṣī) del Profeta (Dios lo bendiga a él y a su familia), a quien se ha ordenado al pueblo seguir. El Imām ‘Alī (la paz sea con él) enumera el buen final (‘āqibat-be-jayrī) y la obtención de las bendiciones mundanas y del Más Allá como los frutos de seguir a la Gente de la Casa (Ahl al-Bayt) (la paz sea con ellos). Por el contrario, considera el caer en la oscuridad (ẓulmat), el cierre del camino del conocimiento y la discordia entre las personas como las consecuencias de alejarse de la Gente de la Casa. ________________________________________ Kulaynī (al-Kulaynī) ha recogido este sermón en su libro al-Kāfī, citándolo de la narración de Ibn Ṭayyihān (Ibn-e Ṭayyihān). Según el ‘Allāmah Maylisī (‘Allāmeh Majlisī), el Sermón de Ṭālūtiyyah, aunque es un ḥadīth (narración) débil según los criterios de la ciencia de los rijāl (biografías de narradores), puede atribuirse al Imām ‘Alī (la paz sea con él) debido a la elocuencia y la elocución presentes en él. ________________________________________ Introducción, Época y Contexto de la Proclamación del Sermón Se ha dicho que el Sermón de Ṭālūtiyyah [1] es uno de los sermones del Imām ‘Alī (la paz sea con él) que fue pronunciado en Medina después del fallecimiento del Profeta (Dios lo bendiga a él y a su familia) [2]. La razón de la fama de este sermón como Ṭālūtiyyah se atribuye a la alusión que hace a los compañeros de Ṭālūt (Saúl) en el mismo [3]. En este sermón, el Imām ‘Alī (la paz sea con él) reprocha al pueblo por su falta de determinación en apoyarle en el incidente de la usurpación del califato y advierte sobre sus consecuencias [4]. El ‘Allāmah Ṭihrānī (‘Allāmeh Ṭehrānī) considera que este sermón es una clara prueba de por qué el Imām ‘Alī (la paz sea con él) no se levantó para reclamar su derecho (la tutela y el liderazgo de la comunidad) tras el fallecimiento del Profeta (Dios lo bendiga a él y a su familia), sino que actuó de acuerdo con el testamento del Profeta (Dios lo bendiga a él y a su familia) de guardar silencio y no desenvainar la espada en caso de no contar con ayudantes y seguidores, para que no resultara en perjuicio del Islam [5].
Cadena de Transmisión Kulaynī (al-Kulaynī), en la sección al-Rawḍah de su libro al-Kāfī, narró el Sermón de Ṭālūtiyyah, citándolo de la narración de Abū al-Haytham ibn al-Tayyhān (Abū al-Haytham ibn-e Ṭayyihān) a partir del Imām ‘Alī (la paz sea con él) [6]. Según el ‘Allāmah Maylisī (‘Allāmeh Majlisī) en el libro Mir’āt al-‘Uqūl (Espejo de las Mentes), aunque el Sermón de Ṭālūtiyyah es un ḥadīth (narración) débil en términos de los criterios de la ciencia de los rijāl (biografías de narradores), debido a la elocuencia y la elocución presentes en este discurso, parece improbable que haya emanado de una fuente que no sea infalible (ma‘ṣūm), y por lo tanto puede atribuirse al Imām ‘Alī (la paz sea con él) [7]. ________________________________________ Contenido En el Sermón de Ṭālūtiyyah, el Imām ‘Alī (la paz sea con él), además de alabar al Señor y exponer algunos de los Nombres y Atributos de Dios [8], y reconocer la misión profética del Profeta (Dios lo bendiga a él y a su familia) [9], se presenta a sí mismo como el legatario (waṣī) del Profeta (Dios lo bendiga a él y a su familia) y el sabio de la Ummah (comunidad), a quien el pueblo estaba encomendado a seguir en su liderazgo [10]. En ciertos pasajes de este sermón, el Imām les advierte sobre las consecuencias de que la gente se aparte de los Gente de la Casa (Ahl al-Bayt) (la paz sea con ellos) [11]. En contraste, les recuerda los frutos de seguir al Imām [12] y censura la debilidad de la gente en brindarle auxilio durante el incidente de la usurpación del califato [13]. Finalmente, el Imām ‘Alī (la paz sea con él) enfatiza que si hubiera tenido ayudantes y compañeros en el número de los seguidores de Ṭālūt (Saúl) o los compañeros del Profeta (Dios lo bendiga a él y a su familia) en la Batalla de Badr, habría reconducido al pueblo al camino recto e impedido la desviación que había surgido en la religión [14]. ________________________________________ Enseñanzas y Doctrinas Las enseñanzas del Sermón de Ṭālūtiyyah se han expuesto de la siguiente manera:
- Descripción del atributo Viviente (Ḥayy) de Dios.
- Dios es incomparable y sin semejante (bi-naẓīr).
- El dominio eterno (sulṭanat-e dā’imī) de Dios sobre el mundo, tanto antes de la creación como después de la aniquilación de todo el mundo.
- Dios no posee tiempo ni lugar.
- La incapacidad del ser humano para comprender a Dios.
- Dios es Vidente (Baṣīr), Oyente (Samī‘) y Poderoso (Qadīr).
- Testimonio de la misión profética del Profeta (Dios lo bendiga a él y a su familia) y la victoria del Islam sobre todas las religiones pasadas.
- El engaño de los musulmanes, su seguimiento de las pasiones del alma (hawā-ye nafsānī), y el no avanzar por el camino luminoso de la wilāyah (autoridad/liderazgo) y el imāmah (liderazgo/imamate) de los Ahl al-Bayt (la paz sea con ellos).
- El seguimiento de los Ahl al-Bayt (la paz sea con ellos) como factor para recibir las bendiciones mundanas y del Más Allá, y el buen final (‘āqibat be-jayrī).
- El cierre del camino del conocimiento para el pueblo y su caída en las disputas y el alejamiento del Camino Recto (Ṣirāṭ al-Mustaqīm) como resultado de no seguir a los Ahl al-Bayt (la paz sea con ellos) [15].
________________________________________ Acontecimientos Posteriores a la Proclamación del Sermón Según la narración de Ibn al-Tayyhān (Ibn-e Ṭayyihān), tras concluir la pronunciación del Sermón de Ṭālūtiyyah y la salida del Imām ‘Alī (la paz sea con él) de la mezquita, trescientos sesenta (360) personas le juraron lealtad (bay‘ah) durante la noche, comprometiéndose a perseverar hasta la muerte para establecer su derecho. El Imām les ordenó a todos que se presentaran a la mañana siguiente con las cabezas rasuradas en un lugar llamado Aḥjār al-Zayt (las Piedras del Aceite) en las afueras de Medina. No obstante, de ese número, solo Abū Dharr (Abū Dahr), Miqdād (Mīqdād), Ḥudhayfah ibn al-Yamān (Hudhifeh ibn-e Yamān), ‘Ammār ibn Yāsir (‘Ammār-e Yāsir) y Salmān se presentaron en el lugar de la cita. Según el narrador, el Imām, al ver la situación de este modo, elevó su queja ante Dios por el comportamiento del pueblo y enfatizó que, debido a la recomendación del Profeta (Dios lo bendiga a él y a su familia), mantendría la paciencia ante esta conducta de los musulmanes [16].
Se narra de Abī al-Haytham ibn al-Tayyhān (Abī-l-Haytham ibn-e Ṭayyihān) que el Comendador de los Creyentes, ‘Alī (la paz sea con él), pronunció un sermón para la gente en Medina, en el cual dijo lo siguiente: La Alabanza a Dios La alabanza sea para Dios, Aquel de quien no hay divinidad aparte de Él, el Viviente que (Su vida) no posee modo (chigūnegī), y para Él el Ser (būd shudan) no significa un advenir (padīd āmadan), y Su Ser no tiene un modo (chigūnegī). Él no tiene lugar ni espacio, y no ha existido en algo ni sobre algo. No ha construido un lugar para Su Ser, y no ha tomado una fuerza nueva (de Su creación) después de que dio existencia a algo. Tampoco fue débil antes de crear algo (para que lo crease a fin de disipar Su debilidad). Ni sintió soledad antes de crear un ser, ni es semejante a nada. Tampoco estuvo desprovisto de dominio y soberanía antes de crear los seres, ni permanecerá sin soberanía después de la desaparición de todas las criaturas. Es una Divinidad Viviente, no por una vida accidental (‘araḍī) (que sea un accidente sobre Su Esencia). Fue Soberano y Dueño antes de crear cualquier cosa, y es Dueño después de que creó el mundo del ser. Y no hay para Dios un modo (chigūnegī), ni un lugar, ni un límite o medida por la cual sea conocido, ni nada que se Le asemeje. Tampoco envejecerá a causa de una larga permanencia, ni será debilitado por el temor a otro, y no teme, como Sus criaturas temen a algo. Es Oyente sin oído, y Vidente sin ojo, y Poderoso sin una fuerza proveniente de Su creación. La pupila del ojo de los videntes no Le percibe, y no cabe en el oído de los oyentes (es decir, no se puede llegar a Su Esencia escuchando Sus descripciones). Cuando Él decreta algo, no necesita consulta, ayuda o información de otro, y a nadie pregunta sobre lo que ha decretado con respecto a Su creación. Las miradas no Le alcanzan, mas Él sí alcanza las miradas, y Él es el Oculto (Nāpaydā) y el Sabio (Dānā). Testimonio y Advertencia Y doy testimonio de que no hay divinidad excepto Dios, el Único, que no tiene asociado. Y doy testimonio de que Muḥammad es Su siervo y mensajero, a quien envió para la guía y con la religión verdadera, para hacerla prevalecer sobre todas las demás religiones, aunque a los idólatras les disguste. Así, el Profeta (Dios lo bendiga a él y a su familia) entregó Su mensaje al pueblo y reveló el camino —la paz de Dios sea con él y con su Āl (familia)—. ¡Oh, Comunidad a la que engañaron y fue engañada, y que reconoció el engaño de aquel que la engañó, pero aun así persistió y se mantuvo en ese estado de engaño! ¡Siguió las pasiones del alma (hawā-ye nafsānī), y avanzó por el camino oscuro de su extravío! A pesar de que la verdad le había sido manifestada, se negó a seguirla y se abstuvo de recorrer el camino luminoso. Juro por Aquel que partió el grano y creó a las criaturas (animales y humanos): si hubierais obtenido la ciencia y el conocimiento de su mina (ma‘dan), y bebido el agua como bebida agradable, y reservado el bien y la bondad de su lugar (jāygāh), y tomado el camino desde su parte luminosa, y avanzado por el camino verdadero y recto, los caminos se habrían iluminado para vosotros, los signos se habrían manifestado, el Islam habría brillado para vosotros, y habríais comido con felicidad y abundancia. Ningún miembro de familia habría estado afligido entre vosotros, y nadie habría sido oprimido, ni musulmán ni no musulmán bajo vuestro pacto. Reproche y Consecuencias Pero vosotros tomasteis el camino oscuro (rāh-e tārik), por lo que el mundo, a pesar de su amplitud, se oscureció para vosotros. Las puertas de la ciencia y el conocimiento se cerraron para vosotros. Entonces, hablasteis según vuestros deseos, tomasteis un camino de disensión (ijtilāf) en vuestra religión y disteis fatwās (veredictos religiosos) en la religión de Dios sin conocimiento. Seguisteis a los extraviados y ellos os extraviaron. Abandonasteis a vuestros Imāmes y ellos también os abandonaron. Así, caísteis en esta situación de juzgar según vuestros deseos. Cuando surge un asunto, evitáis a la Gente del Recuerdo (Ahl al-Dhikr), y cuando ellos os exponen la respuesta, decís: "Ciertamente, la realidad del conocimiento es esta". ¡Alerta! (Juro por Dios) si hubiese tenido ayudantes en el número de los compañeros de Ṭālūt (Saúl) o en el número de la gente de Badr, que fuesen semejantes y a la par que vosotros, ciertamente os habría golpeado con la espada hasta que regresaseis a la verdad y os inclinaseis hacia la rectitud. Y esta acción habría sido mejor para cerrar la grieta (que ha aparecido en la religión) y más acorde con la amabilidad y la mansedumbre. ¡Dios mío, juzga entre nosotros con la verdad, pues Tú eres el mejor de los jueces! Epílogo del Narrador Dijo el narrador: Luego, el Comendador de los Creyentes salió de la mezquita y llegó a un corral donde había unas treinta cabezas de ovejas. Dijo: "Juro por Dios, si hubiese tenido hombres en número igual a estas ovejas que fuesen consejeros sinceros para Dios y Su Mensajero, ciertamente habría derrocado al hijo de la mujer mosquera (pisar-e zan-e magas-khwār) de su soberanía y liderazgo." Cuando llegó la noche, trescientos sesenta (360) personas le juraron lealtad (bay‘ah) de muerte (prometiendo perseverar hasta la muerte). El Comendador de los Creyentes (la paz sea con él) les dijo: "Mañana por la mañana, presentaos todos con la cabeza rasurada junto a Aḥjār al-Zayt (el nombre de un lugar en las afueras de Medina)" (y decretó la orden de afeitarse la cabeza como signo de lealtad). El propio Comendador de los Creyentes (la paz sea con él) se rapó la cabeza. Pero al día siguiente, de esos 360, nadie se presentó rapado en el lugar de la cita, excepto Abū Dharr (Abū Dahr), Miqdād (Mīqdād), Ḥudhayfah ibn al-Yamān (Hudhifeh ibn-e Yamān), ‘Ammār ibn Yāsir (‘Ammār-e Yāsir) y Salmān, quien también llegó al final. ‘Alī (la paz sea con él), al ver tal situación, alzó las manos al cielo y dijo: "¡Dios mío! Esta gente me ha menospreciado, así como los Hijos de Israel menospreciaron a Harún. ¡Dios mío! Tú sabes bien lo que ocultamos y lo que manifestamos, y nada en los cielos ni en la tierra se Te oculta. Hazme morir como musulmán e intégrame a los justos." ¡Alerta! Juro por la Casa de la Ka‘bah y por aquel que se dirige hacia la Ka‘bah (o toca la Casa de la Ka‘bah) —y en una versión se narra que dijo: "y por Muzdalifah y los apresurados para lapidar la jamrah"— si no fuera por la recomendación que el Profeta iletrado (al-nabī al-ummī) me ha hecho, ciertamente arrojaría a los opositores al océano de la muerte y derramaría sobre sus cabezas una lluvia de relámpagos mortales. Y pronto sabrán.
Notas a Pie de Página
Ḥusaynī Ṭihrānī, Imām-shināsī (Conocimiento del Imām), 1426 d.H., vol. 10, pp. 151-152. 1. Kulaynī, Al-Kāfī, 1407 d.H., vol. 8, pp. 31-33. 2. Māzandarānī, Sharḥ al-Kāfī (Comentario sobre Al-Kāfī), 1382 d.H., vol. 11, p. 270. 3. Ḥusaynī Ṭihrānī, Imām-shināsī, 1426 d.H., vol. 10, pp. 151-152; Pāknīyā, «Abū al-Haytham Ibn al-Tayyhān al-Anṣārī», p. 83. 4. Ḥusaynī Ṭihrānī, Imām-shināsī, 1426 d.H., vol. 10, p. 157. 5. Kulaynī, Al-Kāfī, 1407 d.H., vol. 8, pp. 31-33. 6. Maylisī, Mir’āt al-‘Uqūl (Espejo de las Mentes), 1404 d.H., vol. 25, p. 70. 7. Māzandarānī, Sharḥ al-Kāfī, 1382 d.H., vol. 11, pp. 271-274. 8. Māzandarānī, Sharḥ al-Kāfī, 1382 d.H., vol. 11, p. 274. 9. Māzandarānī, Sharḥ al-Kāfī, 1382 d.H., vol. 11, p. 279. 10. Māzandarānī, Sharḥ al-Kāfī, 1382 d.H., vol. 11, pp. 275-276. 11. Māzandarānī, Sharḥ al-Kāfī, 1382 d.H., vol. 11, pp. 276-278. 12. Ḥusaynī Ṭihrānī, Imām-shināsī, 1426 d.H., vol. 10, pp. 151-152. 13. Māzandarānī, Sharḥ al-Kāfī, 1382 d.H., vol. 11, pp. 279-280. 14. Maylisī, Mir’āt al-‘Uqūl, 1404 d.H., pp. 70-76; Māzandarānī, Sharḥ al-Kāfī, 1382 d.H., vol. 11, pp. 276-278; Ibn Qāryāghdī (Ibn-e Qāriyāghdī), Al-Biḍā‘ah al-Muzjāh, 1429 d.H., vol. 1, pp. 358-380. 15. Kulaynī, Al-Kāfī, 1407 d.H., vol. 8, p. 33.
Fuentes
- Ibn Qāryāghdī, Muḥammad Ḥusayn, Al-Biḍā‘ah al-Muzjāh (Comentario sobre el libro al-Rawḍah de al-Kāfī), Edición crítica: Ḥamīd Aḥmadī Julfā’ī, Qom, Dār al-Ḥadīth, 1ª ed., 1429 d.H.
- Pāknīyā, ‘Abd al-Karīm, «Abū al-Haytham ibn al-Tayyhān al-Anṣārī: Modelo de Valentía (Segunda Parte)», en la revista Farhang-e Kawthar, núm. 48, 1379 d.S.H. [año solar].
- Ḥusaynī Ṭihrānī, Muḥammad Ḥusayn, Imām-shināsī (Conocimiento del Imām), Mashhad, Nashr ‘Allāmah Ṭabāṭabā’ī, 1426 d.H.
- Kulaynī, Muḥammad ibn Ya‘qūb, Al-Kāfī, Edición crítica: ‘Alī Akbar Ghaffārī y Muḥammad Ākhūndī, Teherán, Dār al-Kutub al-Islāmiyyah, 4ª ed., 1407 d.H.
- Māzandarānī, Muḥammad Ṣāliḥ ibn Aḥmad, Sharḥ al-Kāfī (Comentario sobre Al-Kāfī), Corrección: Abū al-Ḥasan Sha‘rānī, Teherán, Al-Maktabah al-Islāmiyyah, 1ª ed., 1382 d.H.
- Maylisī, Muḥammad Bāqir, Mir’āt al-‘Uqūl fī Sharḥ Ajbār Āl al-Rasūl (Espejo de las Mentes en el Comentario de las Narraciones de la Gente del Mensajero), Edición crítica: Hāshim Rasūlī Maḥallātī, Teherán, Dār al-Kutub al-Islāmiyyah, 2ª ed., 1404 d.H.