Profeta José (P)

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José (en árabe: یوسف; Yusof) fue uno de los profetas de Bani Isra’il e hijo del profeta Jacob. José mientras era un profeta, también tenía la posición del gobernante de Egipto. En el Corán, una de las Suras lleva el nombre de José en la cual se hace mención a la historia de su vida.

El Corán se refiere a la historia del Profeta José como “el mejor de los relatos”. En esta historia se narra que José, cuando era niño, fue arrojado a un pozo por sus hermanos; Pero un grupo de viajeros lo rescató del pozo y lo vendió como esclavo al gobernante del Egipto (Conocido en los textos bíblicos como Potifar, y en el Corán como “Aziz”). La esposa del Aziz, llamada Zuleija, se enamoró de la belleza de José y trató de seducirlo, pero después de que José se negó y rechazó su petición, ella acusó a José de traicionar al Aziz del Egipto y por lo tanto, José fue encarcelado.

Después de muchos años, tras una serie de eventos, José probó su inocencia y fue liberado de prisión, y por haber logrado interpretar el sueño del rey de Egipto y brindar una solución al problema de la hambruna, se convirtió en su ministro.

El relato del Profeta José (P) en el Corán tiene algunas diferencias con lo que se relata en la Torá; Por ejemplo, según el Corán, los hermanos de José le pidieron a Jacob que enviase a José con ellos a pastar los animales, pero según la Torá, Jacob le pidió a José que acompañase a sus hermanos.

Se dice que José vivió 120 años y su lugar de entierro está en Palestina.

Posición

José fue uno de los profetas del pueblo Bani Isra’il. Su padre fue Jacob y el nombre de su madre fue Raquel.[1] Tuvo once hermanos, diez de los cuales eran medios hermanos y solo Benjamín era de la misma madre que José.[2] José era el más joven de todos los hermanos excepto Benjamín quien era menor que José.[3]

El nombre de José se ha mencionado 27 veces en el Corán[4] y la Sura 12 del Corán lleva su nombre. El Corán se ha referido a José como uno de los siervos sinceros de Dios[5], lo que, según Al-lame Tabataba'i, significa que él no solo no estuvo de acuerdo con la solicitud de Zuleija, sino que ni siquiera estaba dispuesto a pensar en cometer tal pecado.[6]

Su Profecía

José es considerado uno de los profetas más virtuosos.[7] En un hadiz, el Imam Baqir, refiriéndose a los versículos del Corán, dice que José fue considerado un profeta y un mensajero.[8] José tenía a su vez sueños en los que aparecía en una posición por encima de sus hermanos y prediciendo lo que iba a suceder en el futuro. Según algunos exégetas del Corán, el sueño de José en el que once estrellas, la luna y el sol se postraron ante José, además de expresar las virtudes de José, también fue una expresión de su profecía en el futuro.[9] Al-lame Tabatabai considera que el versículo 6 de La Sura Yusof, se refiere a la predicción sobre su posición de profeta.[10]

Historia

En el Corán, la historia de la vida del Profeta José (P) se narra en La Sura Yusof. El Corán se refiere a su historia como Ahsan al-Qisas (el mejor de los relatos).[11], Esta sura comienza el relato con el sueño de José en su niñez, y lo termina con su dominio en Egipto.[12]

Su juventud

Según el Corán, José tenía a su vez un sueño en el que once estrellas, la luna y el sol se postraron ante él. José le contó a Jacob el sueño y su padre le dijo que no le contara a sus hermanos sobre su sueño; Porque tenía miedo de provocar la envidia de sus hermanos.[13]

Los exégetas del Corán han considerado que las once estrellas en este sueño se interpreta como los hermanos de José, y la luna y el sol como su padre y su madre, quienes más tarde se inclinaron ante José cuando alcanzó el poder en Egipto.[14]

Los hijos de Jacob (P) creían que José y su hermano eran más amados y más preferidos por su padre y por lo tanto sentían envidia hacia él.[15] Un día le pidieron a Jacob que dejara a José ir a pastar los animales y jugar con ellos.[16] Ellos a pesar de que prometieron protegerlo, arrojaron a José a un pozo en el desierto y, al regresar, le dijeron a Jacob que un lobo lo había devorado cuando ellos estaban ocupados pastando los animales.[17] Según los versículos coránicos, Jacob no creyó en sus palabras.[18] y lloró tanto hasta que se quedó ciego.[19]

Una caravana rescató a José del pozo[20] y lo llevó a Egipto para venderlo como esclavo. El gobernante de Egipto (Conocido en los textos bíblicos como Potifar, y en el Corán como “Aziz”) lo compró y lo llevó a su palacio para servir a su familia.[21]

La belleza de José y su historia con la esposa del Aziz

Los informes históricos han descrito a José como un joven muy hermoso.[22] Debido a esto, Zuleija, la esposa del Aziz, se enamoró de él, y trató de seducirlo, pero José se abstuvo de pecar ya que según el Corán, había visto la prueba de su Señor, que fue el conocimiento y la certeza para los siervos sinceros de Dios.[23][24] La historia de José y Zuleija se difundió en la ciudad y llegó a oídos de la gente, y las mujeres egipcias culparon a Zuleija por haber tratado de seducir a su esclavo. Zuleija organizó una reunión, invitó a cuarenta[25] mujeres nobles de la ciudad y les dio cuchillos y frutas[26]. Luego invitó a José al salón donde se encontraban las mujeres. Cuando él entró, las mujeres quedaron tan impresionadas con su belleza que se cortaron las manos con los cuchillos.[27]

Después de este incidente, otras mujeres egipcias trataron de seducir a José, y fue por lo tanto que él le pidió a Dios que lo metiera en prisión para liberarse de ellas. Después de algún tiempo, José fue encarcelado por orden de Zuleija.[28]

Su liberación de la prisión

Según el Corán, Dios le había dado a José el conocimiento de la interpretación de los sueños, José interpretó los sueños de dos prisioneros y predijo que uno de ellos sería asesinado y el otro sería liberado y ganaría un puesto ante el rey de Egipto.[29]

Según el versículo 42 de la Sura Yusof, cuando José le dio la noticia de la liberación de uno de los prisioneros, le dijo que hablara con el Rey sobre su inocencia, pero el satanás hizo que lo olvidara, y por eso, José permaneció en prisión durante varios años. Hay una diferencia de opinión entre los exégetas a este respecto. Algunos han dicho que el significado es que el diablo hizo que José se olvidara de Dios, y otros creen que el diablo hizo que el prisionero se olvidara de decirle al rey sobre la inocencia de José. Al-lame Tabatabaei consideró la primera opinión incompatible con la declaración explícita del Corán; Porque, por un lado, en el Corán, José es considerado uno de los siervos sinceros de Dios, y por otro lado, se dice que el diablo nunca puede penetrar en los pensamientos de los sinceros.[30]

Unos años después, el rey de Egipto soñó que siete vacas flacas se comían siete vacas gordas. También vio siete espigas verdes de trigo junto a otras siete espigas secas en su sueño.[31] Debido a que los cercanos del rey no pudieron interpretar este sueño, en ese momento el prisionero que había sido liberado después de la interpretación de José, lo recordó y le dijo al Rey que conocía a alguien que sabía la interpretación de ese sueño.[32]

Él fue a la prisión y le preguntó a José la interpretación de ese sueño. José dijo que habría siete años de abundancia de agua por delante, y después de eso, habría siete años de sequía. Luego sugirió que para salvarse de la sequía, deberían cultivar más durante los primeros siete años y almacenar los excedentes con los mismos racimos para mantenerlos sanos.[33]

La manera que José (P) interpretó el sueño le gustó al Rey de Egipto y convocó a José para que le asistiera para salvar a Egipto de la hambruna. José le dijo al enviado del rey que le preguntara al rey sobre la historia de su encarcelamiento y las mujeres que se cortaron las manos. El rey investigó este asunto y llamó a la corte a las mujeres de la ciudad. Entonces, las mujeres egipcias declararon que José era inocente y Zuleija confesó su error.[34]

Después de que José interpretó el sueño del Rey y se probó su inocencia, el Rey de Egipto lo liberó de la prisión y lo convirtió en su ministro y le dio el puesto del “Aziz” de Egipto.[35]

Su encuentro con su familia

Durante los tiempos de sequía en Egipto, Canaán, la ciudad natal de José, también sufrió hambruna. Por lo tanto, Jacob envió a sus hijos a Egipto para conseguir trigo ya que sabía que en Egipto han encontrado una solución para controlar esta crisis.[36] Cuando los hermanos de José llegaron a Egipto para pedir una porción de trigo, José los vio y los reconoció; Pero ellos no lo reconocieron.[37] José honró y trató bien a sus hermanos[38] y después de presentarse, envió con ellos su camisa para que se la dieran a su padre como una señal de su hijo perdido. Según el Corán, cuando Jacob pasó esta camisa sobre su cara, sus ojos se sanaron y él recuperó su vista .[39] Después de eso, Jacob y sus hijos fueron a Egipto a visitar a José.[40]

Matrimonio e hijos

Según algunos historiadores, José se casó en Egipto y el resultado fueron dos hijos llamados Efraín, (abuelo de Josué) y Manasés.[41]

En algunos informes, se ha hecho mención al matrimonio de José con Zuleija después de que alcanzó el puesto de Aziz en Egipto. Por ejemplo, en un hadiz se menciona que José vio a una mujer que dijo: "Gracias a Dios que Él hizo reyes a los esclavos debido a su obediencia e hizo esclavos a los reyes debido a su desobediencia". Él le preguntó quién era y ella dijo que era Zuleija.[42] En algunas narraciones, se afirma que José se casó con ella y Zuleija se hizo joven tras la súplica de José y luego José se casó con ella;[43] En algunas fuentes, se afirma que los dos hijos de José eran de Zuleija.[44]

La diferencia entre la historia de José en el Corán y la Torá

El relato del Profeta José (P) en el Corán tiene algunas diferencias con lo que se relata en la Torá:

  • En la Torá, contrariamente al Corán,[45] se afirma que José les contó a sus hermanos su sueño sobre la prosternación de las estrellas, el sol y la luna, y de esta manera él mismo provocó su envidia. Pero según el Corán, el Profeta Jacob dijo a José que no les contara su sueño a sus hermanos.[46]
  • Según el Corán, los hermanos de José le pidieron a Jacob que enviase a José con ellos a pastar los animales,[47] pero según la Torá, Jacob le pidió a José que fuera a buscar a sus hermanos en el desierto para ver si ellos y las ovejas están a salvo o no.[48]
  • En el Corán se habla de la reunión de la esposa del Aziz con las mujeres de Egipto en la que José entró y ellas cortaron sus manos. pero los textos bíblicos no han hecho mención a esta historia de esta manera.

Fallecimiento

Según Masudi, José vivió 120 años. Cuando llegó el tiempo de su muerte, Dios le inspiró que confiara la sabiduría que tenía ante Babarz hijo de Leví. Entonces José convocó a Babarz Ibn Leví con la familia de Ya'qub, que eran ochenta hombres y les dijo que pronto sufrirían un castigo severo, hasta que Dios les daría salvación a través de uno de los hijos de Leví, llamado Moisés.[49] Después de la muerte de José, todos los grupos y clanes querían enterrar su cuerpo en su pueblo. Para evitar conflictos, José fue enterrado en el Nilo dentro de una caja de mármol. Después de muchos años, el Profeta Moisés (P) sacó su cuerpo de ese lugar,[50] y lo enterró en Palestina.[51]

El Imam Mahdi (P) y José (P)

En un hadiz se narra que el Imam Sadiq (P) dijo que el caso del Imam Mahdi (P) tiene similitudes con la historia del Profeta José (P). Le preguntaron si el Imam (P) se refería a su vida desconocida (como un profeta). El Imam Sadiq (P) dijo:

Algunas personas que se consideran a sí mismas como musulmanes, ¿cómo piensan que tal cosa es imposible? Los hermanos de José (P) comerciaban y hablaban con él (en Egipto) y aunque era su hermano, no lo reconocieron hasta que él mismo se presentó y dijo: ¡Soy José! Entonces, ¿por qué la gente de esta nación piensa que es imposible repetir tal historia sobre su propia prueba (el Imam Mahdi –P-)?...Entonces, ¿por qué algunos consideran imposible que Dios, con Su propia prueba, implemente el mismo método de José (P), de tal manera que (el Imam Mahdi) pase por sus mercados y pise sobre sus alfombras, y a pesar de esto, no lo reconocerán hasta que Dios Permita que se presente?[52]

En otro hadiz, el Imam Baqir (P) dijo:

Acerca de Sahib Al-Amr (el Imam Mahdi-P-), hay cuatro signos de los signos de los profetas divinos, el Profeta Moisés (P), el Profeta Jesús (P), el Profeta José y el Profeta Muhammad (P)... Su parecido con José (P) es que él es desconocido para quienes viven con él, así como José (P) no se presentó ante su familia por un tiempo y no lo reconocieron.[53]

También hay hadices que comparan la belleza del Imam Mahdi (P) con la belleza del Profeta José (P).[54]

Referencias

  1. Suhufi, Cuentos del Corán, 1379, página 106.
  2. Suhufi, Cuentos del Corán, 1379, página 106.
  3. Suhufi, Cuentos del Corán, 1379, p.87.
  4. Ya’fari, “Nombres de los profetas en el Corán”, págs. 25-26.
  5. ver: La Sura Yusof, versículo 24.
  6. Tabatabai, Al-Mizan, 1417 H, vol.11, p.130.
  7. Jazayeri, Al-Nur alMobin, 1423 H, página 259.
  8. Qutbuddin Ravandi, Qasses al-Anbiya, 1430 H, página 348.
  9. Para ver un ejemplo, véase Makarem Shirazi, Tafsir Nemune, 1374, volumen 9, página 310.
  10. Tabatabai, Al-Mizan, 1417 H, vol.11, p.82.
  11. ver: La Sura Yusof, versículo 3.
  12. ver: La Sura Yusof, versículos 8 a 100.
  13. ver: La Sura Yusof, versículos 4 y 5.
  14. Ibn Kasir, Qasses al-Anbiya, 1416 H./1996 d. C., pág. 191.
  15. ver: La Sura Yusof, versículo 8.
  16. ver: La Sura Yusof, versículo 12.
  17. ver: La Sura Yusof, versículo 17.
  18. ver: La Sura Yusof, versículo 18.
  19. ver: La Sura Yusof, versículo 84.
  20. ver: La Sura Yusof, versículos 10 y 19.
  21. ver: La Sura Yusof, versículo 21.
  22. Por ejemplo, ver: Tabatabai, Al-Mizan, 1391 H, Vol. 11, p. 122. Jazayeri, Al-Nur Al-Mobin, 1423 H, página 217; Balaqi, Historias Coránicas, 1380, página 98; Suhufi, Cuentos del Corán, 1379, págs. 114 y 115.
  23. Tabatabaei, Al-Mizan, 1391 H, volumen 11, página 129.
  24. Suhufi, Cuentos del Corán, 1379, págs. 115 y 116; Véase también La Sura Yusof, versículo 23.
  25. Tabarsi, Mayma al-Bayan, 1415 H, vol.5, p.396.
  26. Tabarsi, Mayma al-Bayan, 1415 H, vol.5, p.396.
  27. Suhufi, Cuentos del Corán, 1379, págs. 117 y 118; Véase también La Sura Yusof, versículos 30 y 31.
  28. Jazayeri, Al-Nur Al-Mobin, 1423 H, página 221; Véase también La Sura Yusof, versículos 33-35.
  29. Balaqi, Historias Coránicas, págs. 105-106; Mire también el versículo 41 de La Sura Yusof.
  30. Tabatabai, Al-Mizan, 1417 H, vol.11, p.181.
  31. Jazayeri, Al-Nur Al-Mobin, 1423 H, página 223; Véase también La Sura Yusof, versículo 43.
  32. Jazayeri, Al-Nur Al-Mobin, 1423 H, página 223; Véase también La Sura Yusof, versículos 44 y 45.
  33. Jazayeri, Al-Nur Al-Mobin, 1423 H, página 223; Véase también La Sura Yusof, versículos 47-49.
  34. Balaqi, Historias Coránicas, págs. 105-106; Mire también los versículos 50 y 51 de La Sura Yusof.
  35. Balaqi, Historias Coránicas, página 108.
  36. Balaqi, Historias Coránicas, página 110.
  37. Balaqi, Historias Coránicas, página 109; Véase también La Sura Yusof, versículo 58.
  38. Balaqi, Historias Coránicas, página 110; Véase también La Sura Yusof, versículo 59.
  39. Balaqi, Historias Coránicas, página 119; Véase también La Sura Yusof, versículos 93-96.
  40. Balaqi, Historias Coránicas, página 119; Véase también La Sura Yusof, versículo 100.
  41. Masudi, Isbat al-Wasiya, 1384, página 49.
  42. Qutbuddin Ravandi, Qasses al-Anbiya, 1430 H, p.351.
  43. Jazayeri, Al-Nur alMobin, 1423 H, página 234.
  44. Maqdisi, Al-Bid’ wa Al-Tarij, Bor Saeed, vol.3, p.69; Ibn Kasir, AlBidaya wa al-Nihaya, 1407 H, Vol. 1, página 210.
  45. ver: La Sura Yusof, versículo 4.
  46. Ver: Sura Yusof, aleya 5.
  47. ver: La Sura Yusof, versículo 12.
  48. Tabatabai, Al-Mizan, 1417 H, vol.11, p.261.
  49. Masudi, Isbat al-Wasiya, 1384, página 74.
  50. Masudi, Isbat al-Wasiya, 1384, página 75.
  51. Yaqut Hamavi, Mu’yam Al-Baldan, 1995, vol.1, p.478.
  52. Kulaini, Kafi, Vol. 1, págs. págs. 336-337.
  53. Abu al-Salah al-Halabi, Taqi, Al-Karaim Al-Maarif, página 431.
  54. ver: Safi Golpaygani, Miuntajab Al-Athar, Qom, página 371.

Bibliografía

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  • Ya’fari, Yaqub, "Nombres de los profetas en el Corán" en la revista Maktab Islam, año 46, número 12, marzo de 1385 s.
  • Yaqut Hamavi, Muyam al-Baldan, publicado en Beirut, 2ª edición, 1995.