Unicidad en los Actos de Dios

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La Unicidad en los Actos de Dios (en árabe: التوحيد الأفعالي) es uno de los aspectos del monoteísmo que consiste en la creencia de que todo lo que sucede en el mundo, incluso las acciones de los seres humanos. En otras palabras, toda acción que es realizada por cada ser proviene del poder y la voluntad de Dios. Los eruditos musulmanes han presentado razones racionales y coránicas para probar la unicidad en los actos de Dios, entre ellos están los versículos en los que se introduce a Dios como el creador de todo.

Entre los sunitas, hay dos opiniones distintas con respecto a esta creencia. Los Ash'aries, creen que la unicidad en los actos de Dios significa que el hombre no tiene libre albedrío. Por otro lado, los seguidores de la Escuela Mu’tazila refiriéndose a la unicidad en los actos de Dios, creen que las acciones voluntarias del hombre no se consideran acciones de Dios y sólo se atribuyen al ser humano.

Según la Escuela Shia, ambos puntos de vista son incorrectos, ya que la unicidad en los actos de Dios no es incompatible con el libre albedrío del ser humano. También, las acciones voluntarias del hombre provienen del poder de Dios y se atribuyen tanto a Dios como al ser humano.

El Tawakkul, la confianza en Dios y el monoteísmo en la adoración se encuentran entre los efectos de la creencia en la unicidad de los actos de Dios.

Significado

En la doctrina islámica, el monoteísmo se clasifica en cuatro grados:

  • La Unicidad en la Esencia de Dios,
  • La Unicidad en los Atributos de Dios
  • La Unicidad en la Adoración
  • La Unicidad en los Actos de Dios.[1]

Según Motahari, la unicidad en los actos de Dios significa creer en el hecho de que todos los sistemas del mundo y todo lo que sucede en el mundo son en realidad acciones de Dios. Además, ninguna criatura puede actuar independientemente y todas las criaturas en cualquier acto que realizan, dependen de la acción de Dios y de Su voluntad.[2]

Basado en la unicidad en los actos de Dios, así como Dios no tiene socio en Su esencia, tampoco tiene socio en los actos que realiza; esto significa que todo lo que hacen las criaturas provienen del poder de Dios.[3]

Grados de la unicidad en los actos de Dios

En algunos libros teológicos, la unicidad en los actos de Dios se discute bajo los títulos de la unicidad en la creación y la unicidad en el Señorío de Dios.[4]

La unicidad en la creación significa que todas las criaturas del mundo fueron creadas por Dios;[5] Incluso aquellas que fueron creadas mediante la intervención de otros seres son en realidad creadas por Dios.[6]

La unicidad en el Señorío de Dios significa que Dios es el amo del mundo y de todas las criaturas; Él es el quien establece el orden en el mundo para que el mundo y sus criaturas alcancen la meta que les está destinada.[7]

Argumentos racionales para la unicidad en los actos de Dios

Uno de los argumentos de los filósofos musulmanes para probar la unicidad en los actos de Dios es que, en primer lugar, todas las criaturas del mundo son directa o indirectamente creación de Dios. En segundo lugar, la causa de la causa de algo es la causa de esa cosa. Por lo tanto, Dios es la causa de la creación de todas las creaciones en el universo.[8]

Otro argumento es que todas las causas y efectos en el universo no tienen independencia en su existencia y dependen de Dios en todos sus asuntos. Por lo tanto, no es posible que una criatura haga algo independientemente de Dios. Como resultado, cada creación es obra de Dios.[9]

Evidencias coránicas

Para probar la unicidad en los actos de Dios también se puede referir a algunos versículos del Corán.[10] En el versículo 111 de La Sura Isra se declara:

"Y di: «Glorificado sea Dios que no ha tomado hijos y que no tiene socio en el reinado y que no necesita a ningún guardián que Le ayude ante la debilidad y ensálzale proclamando Su grandeza.» "

También la frase "Lahaula wa la quwwata il-la bil-lah" (no hay fuerza ni poder excepto a través de Dios) es un Zikr que hace referencia a la unicidad en los actos de Dios.[11]

En el versículo 22 de La Sura Anbia se declara:

"Si hubieran existido en el cielo o en la tierra deidades aparte de Dios, sin duda ambos (reinos) habrían caído en el caos.”

En esta aleya hay un argumento para probar la unicidad en los actos de Dios, que se expresa de la siguiente manera:[12]

Si la existencia tuviera más de una causa, no sería posible establecer una relación de causa y efecto entre sus componentes; Porque todo efecto depende sólo de su propia causa y no es afectado por otras causas. Sin embargo, como toda la creación sigue un solo orden y hay una relación entre todas sus partes, debe tener una sola causa que es Dios, el Único.[13]

Los siguientes versículos del Corán hacen referencia a la unicidad en la creación:

En estos versículos se presenta a Dios como el "Creador de todas las cosas".[14]

También, en algunos versículos se habla de la unicidad en el Señorío de Dios, los cuales son los siguientes:

Efectos y resultados de la creencia en la unicidad en los actos de Dios

En algunos libros de teología se han mencionado algunos efectos y resultados para la unicidad en los actos de Dios, que incluye la unicidad en la adoración, el Tawakkul y la confianza en Dios. Esto significa que una persona que cree en la unicidad en los actos de Dios no considera a nadie digno de adoración excepto a Dios; Porque sólo se puede adorar a un ser que es el creador y señor del ser humano.[16]

Según la unicidad en los actos de Dios, solo Dios tiene influencia independiente en el universo, por lo tanto, solo se puede confiar en Él.[17] Es por la misma razón que en el versículo 4 de La Sura al-Fatiha decimos:

Sólo a Ti Te adoramos y sólo a Ti pedimos ayuda”.[18]

La relación entre la unicidad en los actos de Dios y el libre albedrio del ser humano

Aunque las escuelas islámicas aceptan la unicidad en los actos de Dios, no están de acuerdo en su relación con el libre albedrío del ser humano.[19] Los Ash'aries, creen que la unicidad en los actos de Dios significa que el hombre no tiene libre albedrío.[20] Por otro lado, los seguidores de la Escuela Mu’tazila refiriéndose a la unicidad en los actos de Dios, creen que las acciones voluntarias del hombre no se consideran acciones de Dios y sólo se atribuyen al ser humano.[21]

Según la Escuela Shia, ambos puntos de vista son incorrectos, ya que la unicidad en los actos de Dios no es incompatible con el libre albedrío del ser humano. También, las acciones voluntarias del hombre provienen del poder de Dios y se atribuyen tanto a Dios como al ser humano.[22]

Según los teólogos shiítas, la teoría de los Ash'aries implica que el hombre no sea un ser de libre albedrío, y esto no es compatible con cuestiones como los deberes que Dios ha impuesto al hombre y el castigo y la recompensa del más allá.[23] Además, el punto de vista de Mu'tazila contradice la creencia en la unicidad de la creación y la omnipresencia del poder de Dios.[24]

Según la escuela Shia, la unicidad en los actos de Dios no contradice el libre albedrío del ser humano porque las acciones del ser humano son parte de la acción de Dios y al mismo tiempo el mismo Dios ha dado la autoridad al hombre para decidir sobre sus acciones.[25]

Referencias

  1. Sobhani, Creencias islámicas a la luz del Corán, hadiz y sabiduría, 1379, página 151.
  2. Motahari, colección de obras, 1377, vol.2, p.103.
  3. Motahari, colección de obras, 1377, vol.2, p.103.
  4. Ver Misbah Yazdi, Amuzeshe Falsafe, 1379, vol.2, p.387; Rabbani Golpayegani, Aqayede Estedlali, 2013, vol.1, pp. 77-85.
  5. Ver: Rabbani Golpayegani, Aqayede Estedlali, 1393, volumen 1, página 77.
  6. Mesbah Yazdi, Amuzeshe Falsafe, 1379, vol.2, pp. 387 y 388.
  7. Mire Rabbani Golpayegani, Aqayede Estedlali, 1393, volumen 1, página 87.
  8. Mesbah Yazdi, Amuzeshe Falsafe, 1379, vol.2, pp. 388 y 389.
  9. Mesbah Yazdi, Amuzeshe Falsafe, 1379, vol.2, p.388.
  10. Motahari, colección de obras, 1377, vol.2, p.103.
  11. Motahari, colección de obras, 1377, vol.2, p.103.
  12. Mesbah Yazdi, Amuzeshe Falsafe, 1379, vol.2, p.388.
  13. Mesbah Yazdi, Amuzeshe Falsafe, 1379, vol.2, pp. 388 y 389.
  14. Rabbani Golpayegani, Aqayede Estedlali, 2014, vol.1, p.78.
  15. Rabbani Golpayegani, Aqayede Estedlali, 2013, volumen 1, página 87.
  16. Mesbah Yazdi, Amuzeshe Aqaed, 1378, vol.1, p.134.
  17. Mesbah Yazdi, Amuzeshe Aqaed, 1378, vol.1, p.134.
  18. Mesbah Yazdi, Amuzeshe Aqaed, 1378, vol.1, p.135.
  19. Rabbani Golpayegani, Aqayede Estedlali, 2013, volumen 1, página 79.
  20. Rabbani Golpayegani, Aqayede Estedlali, 2013, volumen 1, página 79.
  21. Rabbani Golpayegani, Aqayede Estedlali, 2013, volumen 1, página 79.
  22. Rabbani Golpayegani, Aqayede Estedlali, 2013, volumen 1, página 79.
  23. ver: Rabbani Golpayegani, Aqayede Estedlali, 1393, vol.1, p.80.
  24. ver: Rabbani Golpayegani, Aqayede Estedlali, 1393, vol.1, p.80.
  25. Rabbani Golpayegani, Aqayede Estedlali, 2013, vol.1, p.80.

Bibliografía

  • Misbah Yazdi, Mohammad Taqi, Amuzeshe Aqaed, Teherán, segunda edición, 1378 s.
  • Misbah Yazdi, Mohammad Taqi, Amuzeshe Falsafe, Teherán, segunda edición, 1379 s.
  • Motahari, Morteza, colección de obras, Teherán, Sadra, 7ª edición, 1377 s.
  • Rabbani Golpayegani, Ali, Aqayede Estedlali, Qom, centro editorial Hayar, 6ª edición, 1393 s.
  • Sobhani, Ya’far, Creencias islámicas a la luz del Corán, hadiz y sabiduría, Qom, Bustan Kitab, segunda edición, 1386 s.