Hadiz del Mi'ray
Información | |
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Tema | Enseñanzas sobre la ética moral |
Emitida por | Hadiz Qudsi |
Narrador Principal | Profeta Muhammad (PBD) |
Fuentes | Irshad al-qulub • Al-Wafi • Jawāhir al-sanīyya • Biharul Anwar |
Hadices famosos | |
Hadiz Silsilat al-Zahab • Hadiz al-Zaqalain • Hadiz al-Kisa • Hadiz de Qurb al-Nawafil • Hadiz del Mi'ray • Hadiz al-Wisaya • Hadiz al-Wilaya |
El Hadiz del Mi'ray (en árabe: حَدیثُ المِعْراج; Narración de la ascensión) es un Hadiz Qudsi (de parte de Dios) dirigido al Profeta Muhammad (PBD) durante su ascensión a los cielos (Mi'ray). Este hadiz se ha citado por primera vez en el libro de Irshad al-qulub. El Hadiz del Mi'ray comienza con la pregunta del Profeta (PBD) sobre la mejor de las acciones. En respuesta, Dios menciona el Tawakkul (confianza en Dios) y Rida (contentamiento con lo que Dios quiera) y luego se dirige repetidamente al Profeta (PBD) sobre muchas cuestiones morales, incluida la crítica del amor por la vida mundana, la importancia del ayuno, el silencio, ayudar a los necesitados y las características de quienes trabajan por el más allá.
Introducción
El Hadiz del Mi'ray es un hadiz divino en el que hay una conversación entre Dios y el Profeta (PBD) en la noche de su ascenso a los cielos. En esta conversación, el Profeta (PBD) le hizo preguntas a Dios sobre cuestiones morales y Dios le respondió respectivamente.[1] Se han narrado muchos hadices divinos sobre el ascenso del Profeta (PBD). El hadiz del Mi'ray se mencionó por primera vez en el libro de Irshad al-qulub y habla sobre muchas cuestiones morales.[2]
El evento del Mi'ray
Mi'ray se refiere al ascenso del Profeta (PBD) desde la mezquita de al-Aqsa a los cielos. Según las fuentes islámicas, en una noche, el Profeta (PBD) fue llevado milagrosamente de La Meca a la mezquita de al-Aqsa (en Palestina) y desde allí, ascendió a los cielos.[3] La historia del Mi'ray se ha mencionado con frecuencia en los hadices shiítas y sunitas.[4] El Corán también lo ha mencionado en dos suras del Corán; es decir, la Sura al-Isra’ y la sura al-Naym.[5]
Contenido del Hadiz
En este hadiz, Dios primero se dirige al Profeta (PBD) como "Muhammad" y en partes posteriores, lo llama como "Ahmad".[6] En resumen, los asuntos mencionados en este hadiz son los siguientes:
- Tawakkul (confianza en Dios)
- Rida (contentamiento con lo que Dios quiera)[7]
- El amor divino y la forma de conseguirlo[8]
- Características de los amigos de Dios[9]
- Características de los que merecen el paraíso
- Las recompensas de los que soportan el hambre y quedan en silencio.[10]
- Importancia de las oraciones diarias y comprender la presencia de Dios[11]
- El abandono de los deseos egoístas[12]
- Crítica de este mundo y de la gente que ama la vida de este mundo[13]
- Veinte características de las personas que aman este mundo[14]
- Características de quienes trabajan para el más allá[15]
- Posición y conocimiento de los que abandonan los deseos mundanos[16]
- Los valiosos resultados del ayuno y el silencio[17]
- Creyentes que alcanzan la certeza y entran en el paraíso de Dios[18]
- Características de una vida eterna y próspera[19]
- Éxito en la prueba divina y favores especiales de Dios[20]
- Posición de los adoradores y mensajeros divinos[21]
- La verdad del amor por Dios[22]
Texto del Hadiz (traducido)
Texto traducido del Hadiz al-Mi'ray |
En el Nombre de Allah, el clemente, el misericordioso. Se ha narrado por el Imam 'Ali (P) que el Profeta (PBD) suplicó a su Señor durante la víspera de la ascensión a los cielos, diciendo: ¡Oh mi Señor! ¿Qué obras son las mejores (ante Ti)? Allah, el Más Exaltado, dijo: "Nada es mejor para mí que confiar en mí y aceptar lo que he asignado. ¡Oh, Muhammad! Aquellos que me aman merecen mi amor. Aquellos que son afectuosos el uno al otro por Mí merecen mi amor. Aquellos que se mantienen en contacto unos con otros por Mí merecen mi amor. Aquellos que confían en Mí merecen mi amor; Y no existe conocimiento, ni límite, ni fin para mi Amor. Siempre que les quito algún conocimiento, les pongo otro. Estos son los que miran a los seres como yo los miro, y no suplican a las criaturas cuando necesitan algo. Sus estómagos están livianos debido a no comer lo que es lícito, su gozo en la vida es mencionar Mi Nombre, amarme y Mi complacencia con ellos. ¡Oh, Ahmad! Si amas ser la persona más piadosa, sé ascético en esta vida y busca el Más Allá”. El Profeta (PBD) preguntó: "¡Oh, Dios mío! ¿Cómo puedo ser ascético en la vida y cómo busco el Más Allá?" Él respondió: "Toma de esta vida comida y bebida y ropas livianas (simples); no acumules para mañana, y sigue recordándome continuamente". El Profeta (PBD) preguntó: "¡Oh mi Señor! ¿Cómo sigo recordándote?" "Hazlo manteniéndote alejado de la gente, odiando lo dulce y lo amargo (es decir los placeres de este mundo), manteniendo tu estómago y tu hogar vacíos de las mercancías de la vida mundana. ¡Oh, Ahmad! Ten cuidado con actuar como un niño que, al ver lo verde y lo amarillo, lo ama, y cuando se le da lo dulce y lo amargo, se engaña con eso”. El Profeta (PBD) preguntó: "¡Oh mi Señor! Condúceme a un acto por el cual pueda acercarme de Ti". Él respondió: "Haz de tu noche un día y de tu día una noche". El Profeta (PBD) preguntó: "¡Oh mi Señor! ¿Cómo es eso?" "Convierte tu sueño en oración y tu comida en hambre. ¡Oh, Ahmad! Juro por Mi Dignidad y Grandeza que cualquier siervo que me asegure tener cuatro méritos, lo ingresaré al Paraíso: El que mantiene la boca cerrada y no la abre excepto para lo que le concierne, y protege su corazón de las tentaciones, y tenga en consideración que yo se todas sus condiciones y lo veo, y considera el hambre como la luz de sus ojos. ¡Oh, Ahmad! Si saborearías la dulzura del hambre, el silencio, la soledad, y sus legados y resultados (nunca los dejarías)”. Él respondió: "Es la sabiduría, el hambre salvaguarda el corazón, la cercanía a Mí, la tristeza continua, el llevar una carga ligera de la vida en comparación con los demás, el decir la verdad y el no preocuparse de si la vida va en la comodidad o en las dificultades". ¡Oh, Ahmad! ¿Sabes durante qué tiempo un siervo se acerca a Mí? "El Profeta (PBD) preguntó:" No, Mi Señor”. Él dijo: “Cuando tiene hambre (y ayuno) o cuando realiza la prosternación”. ¡Oh, Ahmad! Me pregunto acerca de tres clases de Mis siervos: un siervo que comienza sus oraciones sabiendo a Quién le está levantando las manos y ante Quien está parado, y a pesar de esto, está somnoliento (en la oración). Y un siervo que tiene el sustento de un día ya sea de verduras o algo más, ¡pero le preocupa el sustento de mañana! Y un siervo que se ríe y está alegre, mientras que no sabe si Yo estoy complacido con él o no. ¡Oh, Ahmad! Hay un palacio en el paraíso hecho de perlas y joyas que nunca han sido cortadas ni unidas. En él estarán Mis siervos escogidos. Los miro todos los días setenta veces y les hablo cada vez que los miro. Siempre que los miro, aumento su rango setenta veces. Aunque los demás habitantes del Paraíso disfrutan la comida y la bebida (paradisiacas), estos elites encuentran placer en Mi palabra, en recordarme y en Mi conversación". El Profeta (PBD) preguntó: "¡Oh mi Señor! ¿Cuáles son las particularidades de aquellas personas?" Él respondió: “Son como prisioneros, sus lenguas están encarceladas contra las palabras vanas y sus estómagos contra la comida innecesaria. ¡Oh, Ahmad! Amar por Dios es amar a los pobres y estar cerca de ellos”. El Profeta (PBD) preguntó: "¿Quiénes son los pobres?" Él respondió: "Son los que aceptan lo poco, los que tienen paciencia cuando tienen hambre, los que dan gracias cuando están tranquilos, los que no se quejan del hambre ni de la sed, que no mienten cuando hablan, que no se enojan con su Señor, los que no se sienten deprimidos por lo que pierden, ni se sienten regocijados por lo que ganan. ¡Oh, Ahmad! Mi Amor es amar a los pobres; por eso, acércate a los pobres y haz que ellos se acerquen a ti, y mantente alejado de los ricos y mantenlos alejados de ti, porque a los pobres son los que amo. ¡Oh, Ahmad! No uses ropa suave, no comas comida sabrosa. No duermas en lechos suaves, porque el ego es el lugar de todos los males y el compañero de todo lo malo. Aunque lo arrastras para obedecer a Allah, (el ego) te arrastra a desobedecerlo y se opone a ti cuando tratas de obedecer a Dios. Te obedece al hacer lo que odias hacer, se rebela cuando se llena (y se satisface), se queja cuando tiene hambre, se enoja cuando se empobrece y es arrogante cuando es rico. Olvida cuando se vuelve arrogante, e ignora cuando se siente seguro. Es el compañero del diablo. El ejemplo del ego es como el del avestruz, come mucho, y cuando está cargado (no lo lleva y) no vuela. Y es como la adelfa: su color es bueno y su sabor es amargo. ¡Oh, Ahmad! No me gusta este mundo (material) y sus buscadores, sino que amo el Más Allá y sus buscadores.” El Profeta (PBD) preguntó: "¡Oh mi Señor! ¿Quiénes son los que buscan la vida y quiénes son los que buscan el Más Allá?" Él respondió: "El que busca este mundo come mucho, se ríe mucho y duerme mucho, y su enojo también es mucho. Se complace solo un poco. No se disculpa con aquellos con quienes se porta mal, ni acepta la excusa de los que le piden disculpas. Es perezoso cuando me obedece y valiente cuando me desobedece. Sus deseos son muchos mientras que su muerte está cerca. No calcula ni evalúa sus propias obras, no beneficia mucho a los demás mientras que habla mucho. Su miedo a Mi es poco y su jubilación es demasiado a la hora de comer. Los buscadores de esta vida no dan las gracias en el momento de la tranquilidad, ni son pacientes en el momento de la aflicción. Lo que la gente considera mucho para ellos es un poco. Se alaban a sí mismos por lo que no hacen, reclaman lo que no les pertenece, hablan de lo que desean, mencionan las faltas de las personas y esconden los méritos de los demás". El Profeta (PBD) dijo: "¡Oh mi Señor! ¿Acaso todos estos vicios se encuentra en los buscadores de esta vida?" Él respondió: "¡Oh Ahmad! Son muchas las faltas de los buscadores de esta vida. Entre ellas están la ignorancia, la necedad, no son humildes con quienes les enseñan, y se consideran sabios mientras que los sabios los consideran estúpidos". ¡Oh, Ahmad! Los buscadores del bien y del Más Allá tienen rostros simples (y flacas); su modestia es mucha, su necedad es poca, su beneficio es mucho, y su trama es poca. Cansan solo a sus propias almas mientras que la gente se siente cómoda con ellos. Su discurso es equilibrado. Observan y vigilan sus propias obras aunque esto les cause molestias; sus ojos duermen, pero no su corazón. Sus ojos están llenos de lágrimas y sus corazones recuerdan a Dios. Cuando las personas se registran (ante Dios) como negligentes, ellos se escriben entre aquellos que recuerdan (a Dios). Al comienzo de una bienaventuranza alaban (a su Señor) y al final le agradecen (a Él). Su súplica se eleva a Allah, y su discurso se escucha (por Él). Los ángeles están felices con ellos. Su súplica alcanza el Trono divino. El Señor ama escuchar sus palabras así como una madre ama a su hijo. Nada los distrae de Dios ni siquiera en un abrir y cerrar de ojos, no quieren mucha comida, ni mucha charla, ni mucha ropa. En sus ojos, la gente está muerta mientras Allah vive, subsiste, y es grande. Llaman a quienes se apartan de Dios para que vuelvan a buscar Su generosidad y reciben a quienes se acercan a ellos con bondad. La vida en este mundo y en el Más Allá es una para ellos. ¡Oh, Ahmad! ¿Sabes lo que los siervos que no buscan este mundo obtendrán de Mí en el Más Allá?” El Profeta (PBD) dijo: "No, mi Señor". Él respondió: "Los demás seres serán resucitados e interrogados en el día del Juicio, mientras que ellos permanecerán a salvo de todo esto. Lo mínimo que les daré en el Más Allá a los siervos que no buscan este mundo es las llaves del Paraíso, para que puedan abrir cualquier puerta que deseen, y no les ocultaré Mi rostro, y dejaré que disfruten del placer de Mi discurso. Los dejaré sentar en los Asientos de la Verdad, y les recordaré lo que habían hecho, y cómo sufrieron la dificultad en la corta vida (del mundo), y yo les abriré cuatro puertas: una para que los regalos míos lleguen a ellos por la mañana y por la tarde, una desde la cual me miran como quieran sin ninguna dificultad, otra desde donde miran el fuego y ven cómo los opresores están siendo atormentados, y una por la cual entran las damas y las hurís. El Profeta (PBD) preguntó: "¡Oh mi Señor! ¿Quiénes son estos siervos ascetas a quienes has descrito así?" Él respondió: “El siervo asceta es el que no tiene una casa, y por lo tanto no siente tristeza por su ruina, ni un niño por el que llore su muerte, ni nada por lo que lamente la pérdida, ni nadie lo conoce para distraerlo de Allah por un abrir y cerrar de ojos, ni comida extra sobre la que se le preguntará, ni ropa suave. ¡Oh, Ahmad! Los rostros de los siervos ascetas están amarillentos a causa del cansancio de la vigilia en la noche y del ayuno del día, y sus lenguas se callan excepto cuando se menciona a Allah el Exaltado; tienen el corazón en el pecho apuñalado por haber estado en silencio durante tanto tiempo. Se esfuerzan voluntariamente no porque le teman al fuego, ni porque estén ansiosos por el Paraíso, sino porque miran los dominios de los cielos y la tierra y llegan a saber que Dios, el Alabado y el Más Exaltado, es digno de ser amado y ser adorado. ¡Oh Ahmad! Este es el rango de los profetas y los veraces de entre tu nación y de otras naciones y personas de entre los mártires.” El Profeta (PBD) dijo: "¡Oh mi Señor! ¿Quiénes son más numerosos, los siervos ascetas de mi nación o los de los Hijos de Jacob?" Él respondió: "Los siervos ascetas de los Hijos de Jacob en comparación con los de tu nación son como un cabello negro en una vaca blanca". El Profeta (PBD) dijo: "¡Oh mi Señor! ¿Cómo puede ser esto si el número del pueblo de Bani Israel es mucho mayor que el de mi nación?" Dijo: "Es así porque (Bani Israel) dudaron después de que obtuvieron certeza y renegaron después de haber testificado". El Profeta (PBD) dijo entonces: "Yo, por lo tanto, alabé a Allah y Le agradecí mucho y supliqué por los siervos ascetas diciendo: '¡Oh Dios! Protégelos, ten piedad de ellos y salvaguarda su credo que Tú aceptaste para ellos, y bendícelos.” Dijo: “¡Oh, Ahmad! Aférrate a la piedad, porque la piedad es la base de la fe, el centro de la fe y el final de la fe; la piedad acerca al siervo a Allah Todopoderoso. ¡Oh, Ahmad! La piedad es como el adorno del creyente. La piedad es el pilar de la fe. El ejemplo de la piedad es como el del barco: nadie está a salvo (de ahogarse) en el mar excepto los que están en el barco; del mismo modo, ningún siervo asceta está a salvo si no es por la piedad. ¡Oh, Ahmad! Ningún siervo llegó a conocerme y se humilló ante Mí, salvo que todo le sea humillado. ¡Oh, Ahmad! La piedad le abre al siervo las puertas de la adoración, por lo que es honrado con el Creador y lo lleva a alcanzar a Allah, el Más Exaltado, el Más Grande. ¡Oh, Ahmad! permanece en silencio, porque los corazones más sanos son los corazones de los justos y los que toman el silencio, y los corazones más arruinados son los de las personas que hablan de cosas que no les conciernen. ¡Oh, Ahmad! La adoración es de diez porciones, nueve de las cuales es buscar lo que es lícito; así que, si logras asegurarte de que tus alimentos y bebidas son lícitas, permanecerás bajo Mi protección, y bajo Mi cuidado". El Profeta (PBD) dijo: "¡Oh mi Señor! ¿Cuál es el comienzo de la adoración?" Él dijo: "El comienzo de la adoración es el silencio y el ayuno". El Profeta (PBD) dijo: "¡Oh mi Señor! ¿Cuál es el legado (y el resultado) del ayuno?" Él respondió: "El ayuno permite heredar la sabiduría; la sabiduría permite heredar el conocimiento y el conocimiento permite heredar la certeza. Una vez que un siervo alcanza la certeza, no le importa cómo comienza su día, ya sea en las dificultades o en la comodidad, y cuándo ese siervo está en el lecho de muerte, los ángeles le llegarán alrededor de su cabeza, en las manos de cada ángel habrá una copa de agua de la fuente de Kawzar y una copa del vino paradisiaco. Le dan de beber a su alma hasta que se quiten su estupor y su amargura, y le transmiten la mejor buena noticia diciéndole: "¡Bienaventurado eres, y buena es tu morada! ¡Vas hacia el Más Grande, el Sabio, el Cercano!" Su alma entonces volará lejos de las manos de los ángeles y ascenderá a Allah Todopoderoso más rápido que un parpadeo, y no quedará ni velo ni cortina entre su alma y Allah Todopoderoso, mientras Allah, el Grande, el Sublime, está ansioso por recibirlo. Se sienta en un manantial cerca del Trono, y se le dice: "¿Cómo dejaste el mundo (atrás)?" Dirá: '¡Mi Señor! ¡Por Tu grandeza y honor! ¡No sé nada de la vida! ¡Desde que me creaste, seguí temeroso a Ti! Allah Todopoderoso dirá entonces: «Tú, siervo mío, has dicho la verdad; tu cuerpo estaba en el mundo mientras tu alma estaba conmigo. Estás en Mi vista, veo lo que escondes y lo que revelas; Pídeme y te daré, y dime tu deseo, y seré generoso contigo otorgándote este Paraíso Mío que deseas, y este es mi vecindario, así que vive en él. Entonces el alma del creyente dirá: “¡Señor! Tú me hiciste conocerte, así que por conocerte no necesito más a los seres creados. ¡Por Tu grandeza y honor! Si Tu complacencia hubiera sido que me cortaran en pedazos y me mataran setenta veces de la manera más severa que se puede matar a una persona, lograr Tu complacencia hubiera sido más preferido para mí. ¿Cómo puedo enorgullecerme de mí mismo mientras que soy humillado si tú no me honras, estoy vencido si no me concedes la victoria, soy débil si no me fortaleces y estoy sin vida si no me das vida a través de Tu recuerdo? Si no hubiera sido por el hecho de que Tú cubres mis faltas, me habría escandalizado la primera vez que Te desobedecí. ¡Señor! ¿Cómo no buscar Tu complacencia mientras Tú has perfeccionado mi razón hasta que llegué a conocerte, a distinguir entre el bien del mal, entre las ordenes obligatorias de las cosas prohibidas, entre el conocimiento de la ignorancia y entre la luz y las tinieblas? Entonces Dios, el más grande y el más honrado, dirá: “¡Por mi grandeza y honor! No tendré ningún velo entre Tú y yo en ningún momento; así trato a los que amo. ¡Oh, Ahmad! ¿Sabes qué vida es la más placentera y qué vida es la más duradera? " El Profeta (PBD) respondió: "¡Oh, Allah! No". Él dijo: "En cuanto a la vida placentera, es la de la persona que nunca deja de recordarme, ni olvida Mi bienaventuranza, ni ignora Mi derecho. Busca Mi Placer día y noche. En cuanto a la vida duradera, es la de quien trabaja por el bien de su alma hasta que la vida de este mundo se vuelve insignificante ante sus ojos, mientras el Más Allá se engrandece para él; privilegia lo que Yo deseo sobre lo que él desea; busca lo que Me agrada, respeta el derecho de Mi grandeza, recuerda que Yo sé todo sobre él, por lo que permanece alerta durante la noche y el día cada vez que hay la posibilidad de hacer algo malo o cometer algún acto de desobediencia. Purifica su corazón de todo lo que yo odio. Odia a Satanás y sus tentaciones y no deja abierto ningún camino para Satanás hacia su corazón. Una vez que haya hecho todo eso, dejaré que su corazón este ocupado por el amor, Tanto es así que su corazón se vuelve Mío cuando está vacío y cuando está lleno, y entonces Yo seré su principal preocupación. Su discurso será de la bendición que otorgué a aquellos a quienes amo de entre Mi creación. Abriré los ojos de su corazón y de su oído hasta que pueda escuchar con su corazón y mirar con su corazón a Mi grandeza y honor, y haré que la vida de este mundo sea difícil para él y que desprecie esta vida y odie todos los placeres mundanos. Le advertiré contra la vida y todo lo que hay en ella, así como un pastor advierte a su rebaño sobre los lugares de perdición. Cuando la persona llegue a ser como tal, huirá de la gente y será transportado de la morada de la extinción a la morada eterna, y del hogar de Satanás al hogar del Misericordioso. ¡Oh, Ahmad! Y lo decoraré con dignidad y grandeza, porque tal es la vida placentera, la vida duradera y el estado de aquellos que están complacidos (con lo que Dios decida). Si alguien actúa según Mi voluntad, haré que obtenga tres méritos: lo familiarizaré con el agradecimiento que no está mezclado con la ignorancia, el recuerdo que no está mezclado con el olvido y el amor en el que no prefiere amar a las criaturas antes que amarme a Mí. Cuando él me ame, lo amaré y abriré los ojos de su corazón para que vea Mi Grandeza, y no esconderé de él a los escogidos de Mi creación. Me dirigiré a él en la oscuridad de la noche y en la luz del día hasta que cese su conversación con las criaturas y deje de hacerles compañía. Y le permitiré oír Mi discurso y el discurso de Mis ángeles y le informaré del secreto que oculté de Mi creación. Y lo vestiré con el atuendo de la modestia hasta que todos los seres se avergüenzen ante él, y él caminará sobre la tierra siendo perdonado. Y haré que su corazón vea y este consciente, y no le ocultaré nada, ya sea del Paraíso o del Infierno, y le informaré de los horrores y las dificultades que la gente tendrá que soportar en el Día del Juicio, y la evaluación de los hechos de los ricos y los pobres, y la de los ignorantes y los que saben. Iluminaré su tumba y le enviaré a Munkar y Nakir para que lo interroguen, y él no verá la adversidad de la muerte o la oscuridad de la tumba, o el horror del entierro. Entonces le estableceré la Balanza (para la evaluación de sus obras) y le revelaré el registro de sus obras, y pondré su libro (de obras) en su mano derecha; lo leerá bien abierto, y no dejaré entre él y yo ningún intérprete, porque estos son los méritos de los que me aman. ¡Oh, Ahmad! Haz que tu preocupación sea solo una (por Dios); haz que tu lengua sea una sola (que habla solamente por Dios), y haz que tu cuerpo esté vivo para que no Me olvides. A Mi no me importará en qué valle perezca el que es indiferente a Mí. ¡Oh, Ahmad! Usa tu razón antes de que se pierda, porque cualquiera que usa su razón no se equivoca ni oprime. ¡Oh, Ahmad! ¿No has llegado a saber por qué te he preferido a tí entre todos los demás profetas?" Él (PBD) dijo: "¡Oh, Allah! No". Él respondió: "Te favorecí por la certeza (de la fe), los buenos modales, tu generosidad, y misericordia con los demás. De hecho, las columnas de la tierra: no se convirtieron en columnas sino de esta manera. ¡Oh, Ahmad! Cuando un siervo siente hambre, y se protege la lengua, le enseño sabiduría aunque sea incrédulo; (pero en caso de que fuera incrédulo) su sabiduría será una perdición y un argumento contra él. Si fuera creyente, su sabiduría le será luz, prueba, curación y misericordia; así, sabrá lo que no sabía y verá lo que no podía ver. Lo primero que le dejaré ver serán sus propias faltas para que se distraiga de las faltas de los demás, y le dejaré ver los detalles del conocimiento para que Satanás no pueda entrar en él. ¡Oh, Ahmad! Ninguna parte de la adoración me es más querida que el silencio y el ayuno; así que, quien ayuna pero no protege su lengua es como alguien que está de pie para rezar pero no recita nada en su oración. Entonces le concederé solo las recompensas de estar de pie, pero no las de los adoradores. ¡Oh, Ahmad! ¿Sabes cuándo un sirvo se convierte en un (verdadero) adorador? ” Dijo: "No, mi Señor". Él respondió: "Cuando se encuentran en él siete méritos, la piedad que lo resguarde de cometer lo prohibido, el silencio que le baste de lo que no le concierne, el miedo que cada día acreciente sus lágrimas, el pudor con que se avergüence de Mí cuando está solo, comer solo lo que es necesario (para estar vivo), y odiar este mundo porque Yo lo odio y amar a los justos porque Yo los amo. ¡Oh, Ahmad! No todo el que dice que ama a Allah me ama de verdad salvo que no coma más que lo que es necesario, que se vista menos de lo que realmente necesita, que prolongue la prosternación hasta dormir, que prolongue su posición de pie (para orar), que mantenga su silencio y que confíe en Mí. Que llore mucho y no se ría tanto. Se oponga a sus deseos, tome la mezquita como hogar, el conocimiento como compañero, el ascetismo como compañero, los eruditos como seres amados, los pobres como amigos, buscando Mi placer, huyendo de los desobedientes, recordándome continuamente, alabándome siempre, cumpliendo su promesa, permaneciendo sincero en su palabra, manteniéndo puro su corazón, purificándose con la oración, esforzándose en hacer lo obligatorio, deseando Mis recompensas, temiendo Mi castigo y permaneciendo como amigo y compañero de aquellos a quienes Yo amo. ¡Oh, Ahmad! Si un siervo Mío reza tanto como rezan los habitantes de los cielos y la tierra, y ayuna tanto como ellos, comiendo como comen los ángeles, vistiendo tanto como los que no tienen ropa, pero veo en su corazón el amor por la vida de este mundo, aunque sea a la medida de un átomo, y lo veo codiciando autoridad y poder en este mundo, buscando sus adornos y atuendos, tal siervo no será Mi prójimo en Mi morada, y yo quitaré de su corazón todo el amor por Mí. Que Mi paz y mi amor sean contigo (oh Muhammad)". |
Fuentes
El Hadiz del Mi'ray fue mencionado por primera vez en el libro de Irshad al-qulub por Hasan Ibn Muhammad al-Daylami como "las preguntas del Profeta (PBD) a su Señor en la noche del Mi'ray".[23] Luego, fue transmitido en los siguientes libros:
- al-Wafi, por Fayd al-Kashani
- Yawahir al-saniyya, por el Sheij Hurr 'Ameli
- Bihar al-anwar, por el 'Allama al-Maylisi.[24]
Referencias
- ↑ Daylamī, Irshād al-qulūb, vol. 1, pág. 199-206.
- ↑ Daylamī, Irshād al-qulūb, vol. 1, pág. 199-206.
- ↑ Ṭabāṭabāyī, al-Mīzān, vol. 13, pág. 8-34; Qummi, Tafsīr al-Qummī, vol. 2, pág. 3-12.
- ↑ Tabarsi, Mayma' l-bayān, vol. 6, pág. 609.
- ↑ Ver: Corán, 17: 1; 53: 8-18.
- ↑ Daylamī, Irshād al-qulūb, vol. 1, pág. 199-206.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 15.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 47.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 57.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 69.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 79.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 115.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 129.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 138.
- ↑ 15.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 145.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 183.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 195.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 217.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 229.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 243.
- ↑ Miṣbāḥ Yazdī, Rāhīyānkūydūst, pág. 255.
- ↑ Daylamī, Irshād al-qulūb, vol. 1, pág. 199.
- ↑ Fayḍ Kāshānī, Al-Wāfī, vol. 26, pág. 142; Ḥurr al-'Āmilī, al-Jawāhir al-sanīyya, pág. 382; Maylisi, Biḥār al-anwār, vol. 74, pág. 22.
Bibliografía
- Daylamī, Ḥasan Ibn Muḥammad, Irshād al-qulūb. Qom: Al-Sharīf al-Raḍī, 1376 S.
- Fayḍ Kāshānī, Muḥammad Ḥasan. Al-Wāfī. Isfahan: Kitābjāna Imām Amīr al-Mu'minīn 'Alī, 1406 H.
- Ḥurr al-'Amilī, Muḥammad Ibn al-Ḥasan, Al-Jawāhir al-sanīyya. Traducido por Zayn al-'Ābidīn Kāzimī Jaljālī. Tercera edicion. Teherán: Intishārāt Dihqān, 1380 S.
- Maylisi, Muḥammad Bāqir, Biḥār al-anwār. Segunda edicion. Beirut: Dār Iḥya' l-Turāth al-'Arabī, 1403 H.
- Miṣbāḥ Yazdī, Muḥammad Taqī. Rāhīyānkūydūst. Qom: Intishārāt Mu'assisa Āmūzishī wa Pazhūhishī Emām Jomeini, 1379 S.
- Qummi, 'Alī Ibn Ibrāhīm, Tafsīr al-Qummī. Editado por Sayyed Ṭayyib Mūsawī Jazā'irī. Segunda edicion. Qom: Dār al-Kitāb, 1367 S.
- Tabarsi, Faḍl Ibn al-Ḥasan, Mayma' l-bayān fī tafsīr al-Qur'ān. Teherán: IntishārātNāṣirjusru, 1372 S.
- Ṭabāṭabāyī, Sayyed Muḥammad Ḥusayn. Al-Mīzān fī tafsīr al-Qur'ān. Qom: IntishārātIslāmī, 1417 H.