Súplica

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Súplica

La súplica (en árabe: الدعاء) o invocación se refiere a la pedida a Dios para proveer algo material o espiritual, la protección contra los peligros y dificultades o para las necesidades de adoración. La súplica puede ser una forma de práctica religiosa individual o colectiva y se puede realizar con el uso de palabras o silencio completo.

En las fuentes de hadices shiítas y sunitas, se han recomendado numerosas suplicas para recitar en diferentes ocasiones, lugares y momentos especiales.

Análisis léxico

El término árabe “Du'a” (دعا) viene de la raíz (د ع و) significando atraer a alguien mediante voz y palabras.[1] También se ha utilizado en el sentido de pedir algo a alguien. [2]
A pesar de que la súplica gramáticamente viene en forma de frases imperativas, no es considerada una orden o un mandato ya que en la súplica, la persona inferior pide algo a la persona superior. Además, una orden se obedece mientras que las súplicas se responden.[3]

El término Du'a y sus cognados se han mencionado 215 veces en el Corán en diferentes sentidos, tales como para invocar a Dios, para pedir algo a Dios, como una acción que muestra la adoración y a veces para llamar a alguien. [4]

Importancia de la Súplica en el Islam

La importancia de la súplica se debe al hecho de que este acto conecta el hombre con su Creador, y es por lo tanto; que la súplica ha adquirido una posición alta en las enseñanzas islámicas.

En el Sagrado Corán, Dios ha prometido a sus siervos que oye y responde sus súplicas cuando Lo invoquen:

Y vuestro Señor dice: «Invocadme y Yo os contestaré.»[5]

También dice en otra aleya:

Y si Mis siervos te preguntan por Mí (¡oh, Muhammad!, diles) que estoy cerca de ellos. Respondo la súplica de quien Me invoca.. [6]

La súplica tiene una conexión estrecha con el tema de la adoración[7]; ya que es considerada como una manera de adoración, o incluso, la mejor manera de la misma. La súplica es como una fuente de bendición para los siervos de Dios.

Beneficios y efectos de la súplica

Las narraciones islámicas se han referido a la súplica con diferentes expresiones, y han mencionado muchos beneficios y resultados para esta acción. Entre estas narraciones se destacan las siguientes:

  • “La Súplica es el Pilar de la fe
  • “La Súplica es el principio de la adoración”
  • “La Súplica es la mejor adoración”
  • “La Súplica es la luz de la tierra y los cielos”
  • “La Súplica es una lámpara en la oscuridad (en este mundo y en el Más Allá)”
  • “La Súplica es la clave del éxito”
  • “La Súplica es la solución de cualquier necesidad”
  • “La Súplica es la vía de la prosperidad”
  • “La Súplica es la llave de la Misericordia divina”
  • “La Súplica es el arma de los Profetas (P)”
  • “La Súplica es el arma de los creyentes”.[8]

Efectos y beneficios de la súplica

Independientemente de lo que pedimos a Dios en nuestras súplicas, la súplica por sí puede tener muchos beneficios y efectos positivos, especialmente las súplicas narradas por los Imames Infalibles (P). Por ejemplo, la Súplica al-Nudba, si se recita con atención y reflexión, nos da una importante lección del Imamato y devoción. La Súplica 'Arafat contiene una serie completa de enseñanzas acerca de la Doctrina Islámica y el Monoteísmo. La Súplica Kumail nos enseña cómo purificar nuestra alma y arrepentirnos ante Dios. Y la Súplica Makarem al-Ajlaq es en verdad un curso de Ética Islámica.

Las súplicas registradas en las fuentes islámicas tienen efectos positivos en el desarrollo del carácter del ser humano. A continuación, se mencionan algunos de estos efectos:

Ampliar el conocimiento

Uno de los efectos de la recitación de las súplicas islámicas es ampliar el conocimiento. Por ejemplo, como fue mencionado anteriormente, el contenido de la Súplica 'Arafat está colmado de enseñanzas profundas acerca del Monoteísmo y la Unicidad de Dios.

El tema del Monoteísmo se encuentra también en las súplicas narradas por el Imam Alí (P) en el libro de Nahyul Balaga. Por ejemplo, leemos en el sermón 46 de este libro que el Imam Alí (P) dice:

¡Oh, Dios! Tú eres el Compañero del viaje y el Protector y Vigilante de la familia (que se queda en la casa). Nadie puede combinar estas dos cualidades excepto Tú.

Además del tema del Monoteísmo, las súplicas Islámicas presentan una serie de diversas enseñanzas islámicas. Por ejemplo, la Súplica al-Nudba menciona el tema del Imamato y el amor por los Imames Infalibles (P). En una parte de esta súplica, leemos:

¡Oh, Dios! Acepta nuestras oraciones por el Imam (P) y perdona nuestros pecados por él y responde nuestras súplicas por él y amplia nuestra provisión por él y soluciona nuestros problemas por él y danos por él lo que necesitamos.

Esta súplica indica el hecho de que sin entender el concepto del Wilayah y el Imamato, todas las puertas de la bendición estarán cerradas frente a nosotros. La aceptación de la oración, el perdón de los pecados, la respuesta de las peticiones, el aumento de la provisión y la solución de los problemas, todos dependen del tema de la Wilayah y el amor por los Imames Infalibles (P), y esta súplica muestra claramente la importancia de esta realidad.

Educación moral y perfección espiritual

Las súplicas islámicas pueden desempeñar una importante función en la educación moral y en la perfección espiritual de la gente. Por ejemplo, la súplica “Makarem al-Ajlaq” es en verdad un curso de la ética islámica.

El hombre, al recitar estas súplicas, aprenderá cómo caminar correctamente en el camino de la perfección. Cada parte de estas súplicas contiene un mensaje importante para la perfección espiritual. Por ejemplo, la Súplica del Día Domingo, en la cual leemos “¡Oh, Dios! Haz que el día de mañana y los subsiguientes sean mejor para mí que la hora y el día presente”, nos dice que tengamos en cuenta el hecho de que en cada momento de nuestra vida debemos avanzar un paso más hacia nuestra perfección. Caso contrario, habremos perdido los momentos preciosos de nuestra vida.

Piedad y el temor de Dios

Para beneficiarse mejor de los efectos de la súplica, cada persona tiene que fortalecer su conexión con Dios hasta llegar a Su proximidad. A veces nuestros pecados que han contaminado nuestra alma evitan que nuestras súplicas sean respondidas. Este hecho se ha expresado claramente en la siguiente frase de la súplica Kumail donde pedimos a Dios:

¡Oh Dios!, perdóname aquellos pecados que aprisionan la súplica.

Esto indica que nuestros propios pecados son los obstáculos frente a la aceptación de nuestras súplicas. Por lo tanto, para que nuestras súplicas sean respondidas, es importante que nos abstengamos de cometer las cosas que Dios ha prohibido.

La falta de piedad, la ignorancia y el olvido se encuentran entre las mayores causas del pecado. Sin embargo; uno de los efectos de la súplica es que nos deja recordar muchas cosas que generalmente olvidamos.

A veces, el hombre, debido a sus preocupaciones, se olvida de todo, incluso de sí mismo. Sin embargo; tales súplicas nos advierten que tenemos que pedir la solución de nuestros problemas a Aquel que es Omnipotente y tiene el poder para hacer cualquier cosa que quiera. Por lo tanto, otro beneficio de la súplica es salvar a la gente de su propio olvido y negligencia; hasta que se prepare para alcanzar el grado de la piedad, y que no se contamine con los errores y pecados.

Perdón de los pecados y errores

Otro beneficio de la recitación de las súplicas islámicas es el perdón de los pecados y errores. Por ejemplo, en la Súplica Kumail, la frase “Dios perdóname” se repite en varias partes de esta súplica.
Es de hacer notar; que el hombre no puede pedir perdón a Dios por la violación de los derechos ajenos, es decir; por las injusticias que ha hecho a otras personas, salvo que la persona cuyo derecho es violado la perdone. Tampoco puede pedir perdón a Dios por los pecados que requieren de alguna compensación y expiación. Sin embargo; con respecto a otros pecados, los cuales no se tratan de los derechos ajenos, se puede suplicar a Dios y pedir perdón a Él.

Repeler las calamidades

Algunas narraciones transmitidas de los Imames Infalibles (P) nos enseñan que en el momento de las dificultades y calamidades, debemos refugiarnos en Dios y pedirle ayuda a Él.

Se ha narrado en un hadiz que un día, el Imam Sayyad (P) se encontró con un pobre en Medina que estaba sentado al lado de la puerta de la casa de una persona. El Imam (P) le preguntó “¿Qué cosa te ha obligado para que te sientes en la puerta de esta persona?” el hombre respondió “Las calamidades”. El Imam (P) le dijo entonces: “Levántate para que te dirijas hacia una casa mejor que esta casa; la cual tiene un dueño mejor que el de esta casa”. Luego, tomó la mano de aquel hombre y se fueron juntos hasta que llegaron a la Mezquita del Profeta (Masyid al-Nabi). El Imam (P) le dijo entonces: “Vuelve hacia la Qibla y realiza dos ciclos de oración, luego levanta tus manos hacia el cielo, alaba a Dios, mándale saludos al Profeta del Islam (PBD) y recita las últimas aleyas de la Sura al-Hashr, las primeras seis aleyas de la Sura al-Hadid y las dos aleyas de la Sura Ale-‘Imran. Luego, pide a Dios cualquier cosa que necesites y Él te dará lo que Le pidas.”

Esperanza y Tranquilidad

A veces, el hombre pierde su esperanza debido a los fallos y fracasos que ha tenido durante su vida, Sin embargo, la persona que suplica a Dios, se ve detrás de un Ser Omnipotente que puede solucionar cualquier problema y facilitar cualquier cosa, aunque sea muy difícil. La súplica frente a este poder, nos da una esperanza para renovar nuestros esfuerzos hasta solucionar nuestros problemas.

Además, cabe señalar que los nuevos problemas mentales del mundo moderno, tales como la depresión y enfermedades psiquiátricas se encuentran entre los factores que aumentan la angustia de la gente. Sin embargo; la súplica tiene efectos profundos para eliminar tales angustias; ya que por un lado fortalece los sentimientos morales de la persona y por otro, reduce el egoísmo y fortalece el espíritu social de la persona. De hecho, la súplica es el origen de la esperanza y tranquilidad.

Los protocolos de la súplica

Cada obra religiosa tiene sus propios rituales y protocolos, y la súplica, como una obra de adoración, requiere de algunos protocolos y condiciones. El cumplimiento de estos protocolos es muy útil para que nuestros pedidos sean respondidos. Al respecto, se ha narrado del Imam Sadiq (P) que dijo:

Absteneos de suplicar a Dios por las necesidades de este mundo o del más allá antes de que empecéis vuestra súplica con la alabanza de Dios, Su glorificación, la salutación al Profeta Muhammad (PBD) y la confesión sobre vuestros pecados. Luego, podéis pedir lo que necesitáis.

Las narraciones islámicas nos recomiendan suplicar a Dios con los siguientes protocolos:

Invocar a Dios llamándolo con Sus nombres y atributos

Leemos al inicio de la Sura al-Qafir que los ángeles que portan el Trono dicen:

¡Señor nuestro! Tú lo abarcas todo con Tu misericordia y sabiduría. Perdona a quienes se arrepienten y siguen Tu camino, y presérvalos del castigo del Fuego.[9]

En esta aleya, leemos que los ángeles primeramente llaman a Dios como “Señor” y después de glorificarlo por Su Misericordia y Sabiduría, empiezan a suplicar ante Él. En esta aleya se enfatiza en los siguientes atributos de Dios: Su Señorío, Su Misericordia, Su Poder, Su Conocimiento y Su Sabiduría.

Según las aleyas coránicas, los creyentes, Profetas (P) y ángeles, empiezan su súplica con la palabra “Oh Señor” o “Señor nuestro”. Por ejemplo:

  • El Profeta Adán (P) dijo:
“¡Señor nuestro! Hemos sido injustos con nosotros mismos” [10]
“¡Señor mío! Perdóname y perdona a mis padres” [11]
“¡Oh, Señor nuestro! Perdóname, así como a mis padres y a todos los creyentes el Día que se celebre el Juicio (Final)” [12]
“¡Oh, Señor mío! Me refugio en Ti de los susurros de los demonios” [13]
“Señor nuestro! ¡No has creado todo esto en vano!”[14]

Estas aleyas demuestran claramente que la mejor súplica es la que se empieza con el testimonio acerca del Señorío de Dios. Aunque Su nombre especial es Allah, pero puesto que la súplica se trata del Señorío de Dios, es mejor llamarlo como “Señor” al inicio de las súplicas.

Saludo al Profeta Muhammad (PBD) y Ahlul-Bait (P)

Es recomendable saludar al Profeta Muhammad (PBD) y Ahlul-Bait (P) en las súplicas. Se ha narrado del Imam Sadiq (P) que dijo:

Si una persona tiene un pedido a Dios, debe empezar su súplica con la salutación al Profeta Muhammad (PBD) y su familia, luego puede pedir lo que necesita y debe terminar su súplica con la salutación al Profeta Muhammad (PBD) y su familia; ya que Dios, Exaltado Sea, es más generoso de que acepte las dos salutaciones al inicio y al final de la súplica, sin aceptar el pedido que está entre ellas.

También, se ha narrado otro hadiz de él donde dijo:

Ninguna súplica alcanza el cielo hasta que se manden saludos al Profeta Muhammad (PBD) y su familia.

Invocar a Dios con humildad

En el momento de hacer súplicas, es recomendable invocar a Dios con humildad. El Sagrado Corán nos dice a este respecto:

Invoquen a su Señor con humildad en privado.[15]

También, se ha narrado que el Imam Sadiq (P) dijo a Abu Basir:

Si tienes miedo de algo, o que tienes algún pedido, empieza tu súplica en el nombre de Dios y alábalo como merece y manda salutaciones al Profeta Muhammad (PBD) y luego pide lo que necesitas, y en este instante trata de llorar, aunque sea tan poco como el ala de una mosca. Mi padre siempre decía que el momento más cercano a Dios es el momento en que la persona se ha prosternado frente a Él mientras que derrama lágrimas.

La humildad ante Dios debe ser acompañada por el temor a Él; y al mismo tiempo, como dice el Sagrado Corán, debemos esperar Su misericordia:

Imploradle con temor y esperanza [16]

El Imam Baqir (P) dice: La mejor gota ante Dios es la gota de las lágrimas que se derrama en la oscuridad de la noche por el temor a Dios, siempre y cuando la persona invoque únicamente a Dios.

Suplicar en forma colectiva y por los demás

Uno de los protocolos de la súplica es que se recite en forma colectiva, también es recomendable que la persona suplique para los demás y los incluya en las bendiciones que pide a Dios. Se ha narrado del Imam Sadiq (P) que dijo:

Si cuatro personas se unen y suplican a Dios, su pedido será respondido antes de que se separen.

Es por lo tanto; que en la Cultura Islámica se hace hincapié en la participación en las reuniones islámicas; ya que en tales reuniones, las súplicas se recitan en forma colectiva e incluyen a todo el público, por lo tanto, es muy probable que Dios las acepte. Al respecto, se ha narrado un hadiz del Profeta Muhammad (PBD) donde dijo:

Si alguien entre vosotros quiere suplicar a Dios, debe incluir a todos los demás en su súplica.

En la mayoría de las súplicas coránicas, vemos que la súplica es pronunciada en forma plural. A continuación, se mencionan algunos ejemplos:

¡Señor nuestro! No nos castigues si olvidamos o cometemos un error, ¡Señor nuestro! No nos impongas una carga como la que impusiste a quienes nos precedieron. ¡Señor nuestro! No nos impongas algo superior a lo que podamos soportar. Perdónanos, absuélvenos y ten misericordia de nosotros. Tú eres nuestro Protector, concédenos el triunfo sobre los que niegan la verdad.[17]
¡Señor nuestro! ¡Fortalece nuestra paciencia, afirma nuestros pasos y auxílianos contra la nación de los que no creen![18]

Además, suplicar por los demás, especialmente por los padres, hijos, parientes, amigos, vecinos, soldados musulmanes y todos los creyentes, da lugar a que Dios acepte y responda los pedidos de la persona. En el Sagrado Corán y las narraciones de Ahlul-Bait (P) se encuentran muchas súplicas que se han hecho para los demás, entre estas ellas se destacan las siguientes:

¡Oh, Señor nuestro! Perdóname, así como a mis padres y a todos los creyentes el Día que se celebre el Juicio (Final)[19]
¡Oh Señor nuestro! Perdónanos, a nosotros y a nuestros hermanos que nos han precedido en la fe.[20]
¡Oh, Señor mío! Perdona a mi hermano y a mí, y haznos entrar en Tu misericordia. Tú eres el más Misericordioso.[21]
¡Señor mío! ¡Perdóname y perdona a mis padres y a quien entre en mi casa siendo creyente, y a los creyentes y a las creyentes.[22]
¡Señor mío! ¡Haz que mis descendientes y yo seamos de los que hacen la oración! ¡Señor nuestro! ¡Acepta mi súplica![23]

En el libro de Sahifa Sayyadiya, se ha narrado una plegaria donde el Imam Sayyad (P) suplicó por los soldados musulmanes.

También, se ha narrado que la honorable señora Fátima al-Zahra (P), cuando se levantaba para realizar la oración de la medianoche, rogaba y pedía a Dios por los creyentes y los vecinos, y los nombraba uno por uno y no pedía nada para sí misma. Cuando su hijo le preguntó el por qué, ella dijo:

Hijo mío, primero es el vecino y después la propia casa.

Es recomendable en la oración de la medianoche que el orante suplique y pida perdón por cuarenta creyentes, mencionándolos por sus nombres. Se ha narrado del Imam Sadiq (P) que dijo:

Quien suplica primeramente por cuarenta personas de sus hermanos musulmanes, y luego suplica para sí mismo, su súplica será respondida tanto para ellos como para él mismo.

La súplica por los demás además de que puede solucionar los problemas de la gente, puede también crear amistas y simpatía entre los individuos de la sociedad.

Suplicar en ocasiones y lugares sagrados

Recitación de la Súplica de 'Arafa en la Mezquita de Yamkaran, Qom, Irán

Otro protocolo que se debe observar en la súplica, es elegir un tiempo adecuado y un lugar sagrado para hacer súplicas. Algunas súplicas tienen un tiempo específico. Por ejemplo, los Imames Infalibles (P) han narrado súplicas particulares que se deben recitar para cada uno de los meses lunares como el mes de Rayab, el mes de Sha'ban y el mes de Ramadán. Algunos tiempos y ocasiones tienen virtudes especiales, por ejemplo es muy recomendable hacer súplicas en el día y la noche del viernes; ya que es muy probable que Dios las acepte en esta ocasión. Según el Sagrado Corán, cuando los hijos del Profeta Jacob (P) le dijeron: “¡Padre! Pide a Dios que perdone nuestros pecados, nosotros estábamos en el error”[24], el Profeta Jacob (P) que era muy paciente y simpático, en vez de reprocharlos, les respondió: “Pediré a mi Señor que os perdone más tarde. En verdad, Él es el Perdonador, el Misericordiosísimo con los creyentes.” [25]

Se ha narrado en los hadices que él quería suplicar por ellos en la noche anterior al viernes para que Dios aceptase su pedido en aquella bendita ocasión; fue por lo tanto que lo hizo más tarde.

Al Igual que los tiempos sagrados, hay algunos lugares en los cuales las súplicas serán respondidas. Uno de estos benditos lugares es Karbalá. Según las narraciones, las súplicas que se hacen bajo la cúpula del Santuario del Imam Husain (P) serán respondidas, y esto es una virtud que Dios ha otorgado al Imam Husain (P) como recompensa por su martirio y abnegación.

Condiciones y requisitos de la súplica

Aunque en el Corán, Dios ha prometido a sus siervos que responderá sus súplicas, se recomienda observar algunas condiciones y obtener algunos requisitos para que las súplicas sean aceptadas ante Él. A continuación, se mencionan algunas de las más importantes condiciones de la súplica.

Observar los protocolos de la súplica

Se recomienda que la persona observe los cinco protocolos antes mencionados.

Purificar el alma

Una de las condiciones de la súplica es la purificación del alma. Al respecto, se ha narrado del Imam Alí (P) que dijo:

Dios no aceptará la súplica de la gente con corazones negligentes” y en otra narración dice: “Dios no aceptará la súplica de la gente con corazones duros.

Según un hadiz, el hombre antes de empezar su súplica debe hacer las siguientes cosas:

  • Alabar y glorificar a Dios;
  • Salawat (saludar al Profeta Muhammad (PBD) y su familia;
  • Confesar sus pecados a Dios;
  • Arrepentimiento y pedir perdón pos sus pecados.

Tras este proceso, especialmente después del arrepentimiento, se purifica el alma y el hombre estará preparado para hacer súplicas. Además de los puntos antes mencionados, es necesario suplicar a Dios con sinceridad y confianza, como dice el Sagrado Corán:

Invocad a Dios adorándolo con sinceridad [26]

La pureza y licitud de la riqueza y comida

Uno de los factores importantes que influye en la aceptación de nuestras súplicas es el alejamiento de los bienes ilícitos. Se ha narrado del Profeta Muhammad (PBD) que dijo:

Aquel que quiere que sus súplicas sean respondidas debe purificar su comida y su ingreso.

También a este respecto, se ha narrado un hadiz del Imam Alí (P) donde dijo:

Dios, exaltado sea, reveló al Profeta Jesús (P) que dijese al pueblo de Bani-Israel que Él no aceptará las súplicas de aquellos que han violado los derechos ajenos.

Trabajar y esforzarse

Además de hacer súplica, el hombre debe esforzarse y tratar de conseguir lo que necesita. Se ha narrado que el Imam Alí (P) dice en unos de sus discursos:

El que súplica sin hacer nada en práctica, es como un arquero que tira sin usar arco.

En este hadiz, el trabajo se ha comparado con el arco; ya que el arco es la causa del movimiento de la flecha hacia el objetivo.

También, se ha narrado del Imam Sadiq (P) que dijo:

Las súplicas de cuatro grupos no serán respondidas:
  • Aquel que permanece en su casa (y no trabaja) y pide a Dios que le dé su sustento.
  • El hombre que pide algo malo para su esposa.
  • Aquel que arruina su riqueza y pide a Dios que le dé su provisión.
  • Aquel que da un préstamo a otra persona sin que tome ningún testigo.

Factores que impiden que las súplicas sean respondidas

Muchas personas se quejan de que están desesperadas de la misericordia de Dios; ya que sus súplicas no son respondidas por Él. De hecho, hay motivos que impiden que nuestras súplicas sean aceptadas. Se ha narrado que una persona se quejó ante el Imam Alí (P) de que sus súplicas no eran respondidas. El Imam (P) le dijo:

Ciertamente; sus corazones han traicionado con respecto a ocho asuntos (y es por lo tanto que sus súplicas son denegadas) :
  • Ustedes han conocido a Dios, pero no han cumplido sus responsabilidades con respecto a Sus derechos. Por lo tanto, su conocimiento no ha tenido ningún beneficio para ustedes.
  • Ustedes han dado fe en el Mensajero de Dios (PBD), pero se han opuesto a su Sunnah (conducta), ¿Acaso esta fe puede ser beneficiosa para ustedes?
  • Ustedes han leído el Libro de Dios, pero no lo han practicado de acuerdo con su contenido.
  • Ustedes dicen que son temerosos del castigo de Dios, pero siempre hacen cosas que los acercan al castigo.
  • Ustedes dicen que tienen anhelo por la recompensa de Dios, pero siempre hacen cosas que los alejan de la recompensa divina.
  • Ustedes comen de los bienes y bendiciones de Dios, pero no Le agradecen por ellos.
  • Dios ha ordenado a ustedes que tomen a Satanás como un enemigo, pero ustedes hacen amistad con él.
  • Ustedes critican a los demás por sus faltas y defectos, pero no ven sus propios defectos y faltas. Critican a la gente mientras que ustedes mismos son más culpables.
Con todo esto, ¿Cómo sus súplicas pueden ser respondidas mientras que ustedes mismos han cerrado las puertas de la misericordia? Sean temerosos a Dios, adecuen sus propios actos, sean sinceros, ordenen al bien y prohíban el mal para que Dios responda sus súplicas.

Según este dicho del Príncipe de los Creyentes, Alí (P), los factores que impiden que las súplicas sean respondidas se encuentran en nuestro propio ser. El alejamiento del hombre de su Creador y su anhelo por el pecado aprisionan sus súplicas. En otro hadiz leemos que el Profeta Muhammad (PBD) dijo:

Llegará una época en donde el interior de la gente será fea; mientras que su apariencia exterior será bonita. Ellos, debido a su anhelo por este mundo, no buscarán la recompensa de Dios. Su religión no será nada más que altanería y ostentación, y no estarán temerosos a Dios. Entonces, el castigo de Dios vendrá sobre ellos y ellos suplicarán a Dios como personas que se están ahogando, pero Dios no aceptará sus súplicas.

Una persona preguntó al Imam Sadiq (P): ¿Acaso no es verdad el hecho de que Dios ha dicho «Invocadme y Yo os contestaré»? ¿Cómo es que vemos que algunas personas que sufren dificultades invocan a Dios pero Él no les contesta y vemos que las personas oprimidas Le piden que les ayude contra sus enemigos pero Él no les ayuda? El Imam le respondió:

¡Ay de ti! Nadie invoca a Dios salvo que Él le contesta. Pero, las súplicas de los opresores son denegadas hasta que se arrepientan. En cambio, las personas que merecen algo, si lo piden a Dios, sus súplicas serán respondidas y se solucionarán sus problemas de la manera que no pensaban o que Dios les ahorra una gran recompensa para el día de su necesidad (Día de la Resurrección). Sin embargo; si lo que la gente pide a Dios no está en su mayor beneficio, Dios se abstiene de dárselo.

En otra narración leemos que el Imam Baqir (P) dijo a este respecto:

A veces el hombre pide algo a Dios y Él decreta dárselo en un plazo determinado, pero luego el hombre comete un pecado y Dios, exaltado sea, dice a los ángeles, No cumpláis su súplica y privadlo de lo que quiere; ya que Me ha disgustado.

De hecho, si la gente purifica su alma, realiza obras buenas, se abstiene de cometer pecados y observa los protocolos de la súplica y luego pide algo a Dios, Dios responderá su súplica.
Según la narración del Imam Sadiq (P) que fue mencionada anteriormente, lo que le ocurre a nuestras súplicas puede ser algo de lo siguiente:

  • Dios responde nuestra súplica.
  • Dios no contesta las súplicas de los opresores hasta que se arrepientan.
  • En vez de darnos lo que hemos pedido, Dios repele algunas calamidades y soluciona nuestros problemas de tal manera que no pensábamos.
  • En vez de darnos los que hemos pedido, Dios nos ahorra una gran recompensa para el Día de la Resurrección.

Los mejores tiempos y ocasiones para suplicar

Los mejores sitios para suplicar

Las Súplicas más auténticas y recomendables

Referencias

  1. Ibn Faris, Palabra دعوه
  2. Abu Hilal ‘Askari, pág. 536
  3. Sheij Tusi, ~Tibyan, comentario de la aleya 55 de la Sura al-A’raf
  4. Abd al-Baqi, palabra الدعوه
  5. aleya 60 de la Sura 40
  6. aleya 186 de la Sura 2
  7. Kuleini, tomo 2, pág. 466-467
  8. Ibn Babiwaiih, Sawab al-A’mal, pág. 26
  9. aleya 7 de la Sura 40
  10. aleya 23 de la Sura 7
  11. aleya 28 de la Sura 71
  12. aleya 41 de la Sura 14
  13. aleya 97 de la Sura 23
  14. aleya 191 de la Sura 3
  15. aleya 55 de la Sura 7
  16. aleya 56 de la Sura 7
  17. aleya 286 de la Sura 2
  18. aleya 250 de la Sura 2
  19. aleya 41 de la Sura 14
  20. aleya 10 de la Sura 59
  21. aleya 151 de la Sura 7
  22. aleya 28 de la Sura 71
  23. aleya 40 de la Sura 14
  24. aleya 97 de la Sura 12
  25. aleya 98 de la Sura 12
  26. aleya 14 de la Sura 40

Bibliografía

  • Sagrado Corán
  • Nahyul Balaga
  • Sahifa Sayyadiyah
  • Mafatih al-Yinan
  • Abu Hilal ‘Askari, Mu’yam al-Furuq al-Luqawiyah, Qom, 1412 H.
  • Ibn Babwaih, Sawab al-A’mal, Qom, 1368 S.
  • Sheij Tusi, al-Tibyan fi Tafsir al-Qur’an, Beirut, Ahmad Habib Qasir al-‘Amili.