Ablución

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Islam

La Ablución (en árabe: الوضوء; Wudu) es un rito islámico que consiste en el lavado del rostro, los brazos y las manos; así como la unción de la parte superior de la cabeza y la parte superior de los pies, en la forma que se ha explicado en las fuentes islámicas. La ablución en varias circunstancias es un acto recomendable, pero se convierte en obligatorio para la realización de algunos actos religiosos como la oración y el Tawaf de la Kaaba. Según las leyes prácticas del Islam, en algunas circunstancias hay que realizar el baño completo o el Tayammum en lugar de la ablución. Hay tres maneras para realizar la ablución:

  1. la ablución por etapas.
  2. la ablución por inmersión (Irtimasi).
  3. la ablución sobre el vendaje (Yabirah).

El Sagrado Corán ha explicado en forma general la manera de realizar la ablución, y sus detalles se han presentado en los hadices islámicos. Los estudiosos de la ética islámica y los Imames Infalibles (P) han hecho hincapié en la importancia de mantener la ablución en cualquier momento del día y la noche.

Significado

En árabe, la palabra "Wudu" (وضو) es derivada de la raíz “وضء”, que significa pureza y limpieza. En la terminología islámica, esta palabra se refiere al acto de lavarse la cara, los brazos y la unción sobre la cabeza y los pies con la intención de obedecer el mandato de Dios.

Los actos que requieren la ablución

La ablución es un acto recomendable, pero se convierte en obligatorio para la realización de los siguientes actos:

  1. Para realizar las oraciones obligatorias, excepto la oración fúnebre.
  2. Para la circunvalación obligatoria alrededor de la Kaaba.
  3. Para tocar la escritura del Sagrado Corán.

Las narraciones islámicas recomiendan realizar la ablución antes de proceder con algunas acciones como la recitación del Corán, hacer súplicas, ir a una Mezquita o visitar los Santuarios de los Imames y Profetas (P).

La ablución en el Corán y en los hadices

La única aleya del Corán que fue revelada en relación con la ablución es la aleya 6 de la Sura al-Ma’ida donde se dice:

“¡Oh, los que creéis! Cuando os pongáis en pie para la oración, lavad vuestra cara y vuestras manos incluyendo los codos y pasad la mano (húmeda) por vuestras cabezas y por vuestros pies hasta los empeines. Y, si estáis impuros, purificaos y si estáis enfermos o de viaje o alguno de vosotros viene de hacer sus necesidades o habéis mantenido relaciones con las mujeres y no encontráis agua, purificaos con tierra pura, pasando las manos con ella por vuestros rostros y por vuestras manos. Dios no desea imponeros una carga, sino que quiere que os purifiquéis y completar Su favor sobre vosotros para que así, quizás, agradezcáis.”

Los Sunitas han interpretado esta aleya de una manera diferente que los Shiítas, y por lo tanto la ablución en el Sunismo es diferente que en el Shiísmo en tres aspectos:

  • En la dirección del lavado de los brazos
  • En la forma de la unción de la cabeza
  • En la forma de la unción de los pies

En las fuentes islámicas hay muchos hadices con respecto a la importancia y las ventajas de la ablución, entre ellos se encuentran los siguientes hadices:

  • La Ablución prolonga la vida.[1]
  • La Ablución calma la ira de la persona.[2]
  • La Ablución elimina la tristeza y el remordimiento.[3]
  • La Ablución es una luz, y si alguien la realiza dos veces, sus pecados serán perdonados.[4]
  • La recompensa de una ablución antes de ir a dormir es igual a la de la adoración a Dios durante toda la noche.[5]
  • La realización de la ablución antes de comer elimina la pobreza y la realización de la ablución después de comer elimina las obsesiones.[6]

Desacuerdo sobre el modo de realizar la Ablución

Según los informes históricos, no había desacuerdo entre los musulmanes sobre la manera de la ablución hasta el final del Gobierno de 'Umar Ibn Jattab, el segundo Califa Sunita; ya que es durante el Gobierno de Uzman Ibn Affan donde surgieron desacuerdos sobre la manera de cómo realizar la ablución. Según al-Muttaqi al-Hindi, Uzman fue quien hizo cambios en la manera de la ablución.[7] Es por lo tanto; que los sunitas se lavan los pies en vez de pasar la mano húmeda sobre ellos.

Al respecto, dice el Imam Alí (P): “Si la religión iba a estar de acuerdo con las opiniones personales de la gente, la unción de las suelas de los pies sería más necesaria que sobre la parte superior de los pies. Pero, yo vi que el Profeta (PBD) realizó la unción sobre la parte superior de sus pies.”[8]

De acuerdo con algunos hadices en fuentes suníes, el Arcángel Gabriel (P) fue quien enseñó al Profeta (PBD) cómo realizar la unción sobre los pies.[9]

Tipos de Ablución

Hay tres tipos de ablución. En condiciones ordinarias, se puede realizar la ablución por etapas o por inmersión y, en ciertas circunstancias, la ablución debe ser realizada sobre el vendaje (Yabirah).

Cómo realizar la ablución

El tipo más común de la ablución es la ablución por etapas; en donde la persona pone la intención de realizar la ablución para obedecer el mandato de Dios, y luego se lava el rostro y entonces su brazo derecho seguido del lavado de su brazo izquierdo, y luego pasa la palma de su mano sobre la parte superior de su cabeza y la parte superior de los pies.

El lavado del rostro

Lavado del rostro

Hay que lavar el rostro desde la parte superior de la frente donde nace el cabello hasta el fin del mentón, y el ancho del rostro se debe lavar en la medida de la mano abierta entre el dedo pulgar y el dedo mayor; si no se lava una parte pequeña de esto, la ablución queda anulada, entonces es mejor lavarse alrededor de esta medida para tener la certeza de haber lavado toda la parte necesaria del rostro.

El lavado de los brazos y las manos

Lavado de las manos

Después de lavar el rostro, se debe lavar el brazo derecho desde el codo hasta las puntas de los dedos de la mano; luego, se debe hacer lo mismo con el brazo izquierdo.

  • Hay que lavar el rostro y los brazos desde arriba hacia abajo; la ablución quedará anulada si lo hacemos desde abajo hacia arriba.
  • Para obtener certeza de haber lavado el codo, se debe lavar el brazo desde una posición más arriba del codo.
  • En la ablución es obligatorio lavarse una vez el rostro y los brazos; y se permite también lavarlos por segunda vez, pero está prohibido lavarlos por tercera vez o más veces.

La unción de la cabeza

Unción de la cabeza

Después de lavar los brazos y las manos, se debe untar la parte superior de la cabeza con la humedad que queda en la mano, y según la precaución obligatoria hay que hacerlo con la mano derecha, y es mejor untarla desde arriba hacia abajo. La posición de la unción es la parte superior y delantera de la cabeza, es recomendable realizarla con tres dedos a lo largo en la medida del tamaño de un dedo.

La unción de los pies

Unción de los pies

Luego de la unción de la cabeza hay que untar los pies, entonces con la misma humedad que ha quedado en las manos se debe untar la parte superior de los pies desde las puntas de los dedos hasta los tobillos; la precaución obligatoria es untar la parte superior de los pies hasta la unión del pie con el tobillo.

  • Es recomendable untar los pies con toda la palma de la mano.
  • El lugar de la unción sobre el cual se unta debe estar seco, pero no hay problema si el lugar de la unción posee una insignificante humedad que no se note en comparación con la humedad de la mano; tampoco hay problema si los otros miembros de la ablución (rostro y brazos) estuvieran mojados.

La Ablución por Inmersión

Para realizar la ablución, es posible sumergir el rostro, los brazos y las manos en el agua (como un estanque) con la intención de realizar la ablución, o poner la misma intención al sacarlos del agua.

La ablución sobre el vendaje (Yabirah)

Si hubiera en el rostro o en las manos una herida, una ampolla o una fractura descubierta a la cual le perjudica el agua, es suficiente con lavar alrededor de ella en señal de la ablución; no obstante, si es posible hay que pasar la mano húmeda sobre ella, si no es posible, es recomendable poner una tela pura sobre la herida y pasar la mano húmeda por encima de ella.

Si una o todas las partes de la ablución estuvieran cubiertas completamente por el vendaje, hay que realizar la ablución sobre el vendaje y hacer también el Tayammum. Es de hacer notar; que según las fatwas de algunos Sabios Islámicos, es suficiente en este caso realizar el Tayammum en lugar de la ablución.


Las condiciones de la ablución

  1. El agua de la ablución debe ser pura.
  2. El agua de la ablución debe ser absoluta. (La ablución con agua mezclada es inválida).
  3. El agua de la ablución y el lugar donde se encuentra el agua deben ser lícitos.
  4. El recipiente usado para la ablución no debe ser de oro ni de plata.
  5. Los miembros de la ablución deben estar puros.
  6. Debe haber suficiente tiempo para realizar la ablución y la oración. (Si el tiempo es breve de modo que tras la realización de la ablución, no nos queda suficiente tiempo para realizar la oración en su propio horario, tenemos que realizar el Tayammum en lugar de la ablución, porque nos toma menos tiempo.)
  7. Hay que realizar la ablución con la intención del acercamiento a Dios.
  8. Hay que observar el orden y las pautas de la ablución.
  9. La persona debe realizar la ablución en persona; sin la ayuda de los demás.
  10. El uso del agua no debe ser perjudicial para la persona.
  11. No debe haber ningún obstáculo que evite la llegada del agua a la piel.

La duda sobre la validez de la ablución

Si después de la ablución, dudamos si hemos hecho todas las etapas de la ablución correctamente con todas sus condiciones o no, no debemos prestar atención a nuestras dudas, pero si dudamos mientras estamos haciendo la ablución, debemos repetirla.

Si la persona tiene desde antes la ablución, y luego dudase si está anulada, no debe prestar atención a la duda y puede considerarla válida; al contrario, sí la persona no ha tenido la ablución y dudase si la ha realizado, debe realizarla.


Las cosas que anulan la ablución

  1. El acto de orinar.
  2. La defecación.
  3. Las ventosidades.
  4. El adormecimiento, de modo que la conciencia se encuentra dormida en el estado del sueño, donde los ojos no ven ni los oídos oyen. Sin embargo; la ablución no se anula si los ojos no ven pero los oídos oyen.
  5. Según la precaución obligatoria, todas las cosas que hacen perder la conciencia como la embriaguez, el desmayo y la locura anulan la ablución.
  6. La menstruación de la mujer, que se explicará en los capítulos siguientes.
  7. Todos los actos que requieren el baño completo, como la eyaculación.


Prácticas recomendadas en la ablución

  • Estar en la dirección de la Qibla.[10]
  • Cepillarse los dientes antes de la ablución.[11]
  • El enjuague bucal y el enjuague nasal antes de realizar la ablución. [12]
  • Es recomendable que la cantidad del agua utilizada para la ablución no sea mayor de 750 gramos (aproximadamente tres vasos ordinarios). [13]
  • Es recomendable dejar que el rostro y los brazos se sequen por sí mismos después de la ablución.
  • Es recomendable recitar la Sura al-Qadr mientras se realiza la ablución.[14]
  • Recitar súplicas específicas de la ablución.

Las súplicas recomendadas durante la ablución

En el momento de la ablución, es recomendable recitar las siguientes súplicas:

  • Al inicio, cuando vemos el agua podemos recitar lo siguiente:
Empiezo la ablución en el nombre de Al-lâh, alabado sea Al-lâh, el que creó el agua pura y no la ha creado impura.
  • Al proceder en lavarnos las manos y antes de realizar la ablución, recitemos:
¡Dios mío! ponme entre quienes se arrepienten y entre ellos que están purificados.
  • Es recomendable enjuagar la boca con agua y recitar:
¡Oh Dios! entrégame mi prueba en el día de Tu encuentro y facilita mi lengua para mencionarte.
  • También es recomendable antes de proceder con la ablución, lavar el interior de la nariz recitando:
¡Oh Señor! No me prives de la fragancia del Paraíso; permíteme oler su fragancia, y su aroma divino.
  • Cuando empezamos a lavar el rostro, podemos suplicar:
¡Dios mío! Ilumíname el rostro en el Día del levantamiento cuando se ensombrecen los rostros, y no ensombrezcas mi rostro en el día cuando se iluminan los rostros.
  • Y al lavar el brazo derecho decimos:
¡Oh Señor! Dame la escritura de mis obras en la mano derecha y en mi mano izquierda la eternidad en el Paraíso y juzga conmigo con benevolencia.
  • Cuando lavamos el brazo izquierdo recitemos esta súplica:
¡Oh Señor! No me des la escritura de mis obras en la mano izquierda ni detrás a mis espaldas, ni la cuelgues alrededor de mi cuello; ¡Señor mío! Me refugio en Ti del susurro de los demonios.
  • Al untarse la cabeza podemos decir:
¡Dios mío! Cúbreme con Tu bendición, con Tu misericordia y con Tu perdón.
  • Y al final, en el momento de la unción sobre los pies recitemos:
¡Oh Señor! afírmame los pasos al caminar desde el Puente de Sirat hacia el Paraíso, en el Día del levantamiento cuando resbalan los pies; Te pido que me des fuerzas para lograr Tu complacencia, eres Tú de la majestad y la generosidad.

Véase también

Referencias

  1. Mufid, Amali, pág. 60, hadiz 5
  2. Nahy al-Fasaha, pág. 286, hadiz 660
  3. Tafsir ‘Ayashi, tomo 1, pág. 43, hadiz 39
  4. Man la Yahzuruhul Faqih, tomo 1, pág. 50
  5. Tahzib al-Ahkam, tomo 2, pág. 116
  6. Nahy al-Fasaha, pág. 797
  7. Kanz al-’Ummal, tomo 9. pág. 443, hadiz 26890
  8. Kanz al-’Ummal, tomo 9, pág. 606
  9. Ibn Abi Sheybe, tomo 1, pág. 26
  10. Miftah al-Falah, pág. 25
  11. Man la Yahzuruhul Faqih, tomo 1, pág. 125
  12. Miftah al-Falah, págs. 27-28
  13. Man la Yahzuruhul Faqih, tomo 1, pág. 122
  14. Fiqh al-Rida, pág. 70

Bibliografía

  • Sagrado Corán.
  • 'Ayyashi, Muhammad, Tafsir ‘Ayyashi, Teherán, 1380 hégira lunar.
  • Fiqh al-Rida, Mash-had, 1406 hégira lunar.
  • Ibn abi Sheybe, al-Musanaf, Riad, 1409 hégira lunar.
  • Libro de las leyes prácticas del Islam.
  • Payande, Abul Qasim, Nahy al-Fasaha, Qom, 1387 hégira solar.
  • Sheij Baha'i, Mafatih al-Falah, Teherán, 1384 hégira solar.
  • Sheij Mofid, al-Amali, Qom, 1412 hégira lunar.
  • Sheij Saduq, Man la Yahzuruhul Faqih, 1367 hégira solar.